Capítulo 18

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Dos días después de mi pesadilla ya nos encontrábamos entregando las llaves de la que alguna vez estuvo destinada a ser la casa donde mis padres y yo viviríamos a su nuevo dueño, él sabía que la casa era tan especial que dejé un instructivo de su ...

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Dos días después de mi pesadilla ya nos encontrábamos entregando las llaves de la que alguna vez estuvo destinada a ser la casa donde mis padres y yo viviríamos a su nuevo dueño, él sabía que la casa era tan especial que dejé un instructivo de su uso en la cocina, mientras nos alejábamos de esa casa, sentí como la presión en mis hombros se aminoraba pero al mismo tiempo mi corazón dolía, miré por el espejo retrovisor y por un pequeño momento, me pareció haber visto a mis padres, uno al lado del otro despidiéndose de mí con una sonrisa, bajé la mirada para evitar llorar y al alzarla me di cuenta de que realmente nunca estuvieron ahí.

-Wade- lo llamé con la voz quebrada, él detuvo el auto a una distancia prudente del lugar al que íbamos, el muro seguía allí, como siempre, le pedí que nos acercáramos un poco más y así lo hicimos, escogí un gran y viejo árbol para dejar debajo una foto de mis padres, cavé un poco con un palo y enterré mi pulsera, esa que a pesar de todo este tiempo había permanecido guardada en un cajón de mi habitación [sujeto Fr33] se leía en ella, vi a Wade hacer lo mismo solo que con un collar, ambos habíamos decidido darles un funeral digno a nuestros seres queridos y enterrar su recuerdo aquí donde habían perdido la vida, saqué discretamente el collar que tenía nuestra foto de pequeños, Marshall y su inmensa sonrisa me devolvía la mirada, Grace parecía distraída jugando con una mariposa mientras que Steve sonreía sosteniendo mi mano, aunque hubiese preferido conservarla sabía que era lo mejor dejarlos ir, pasó un buen rato y ninguno de los dos habló, estábamos ahí juntos sufriendo y aceptando nuestras perdidas en silencio.

-¿Crees que ellos estén bien ahora?- me preguntó luego de un rato mientras caminábamos de regreso al carro, me detuve un segundo y afirmé, había estado preguntándome eso hace un par de semanas.

-No sé que haya después de la muerte pero espero que donde estén ahora no sufran creo que es lo mínimo que merecen después de haber pasado por tanto.

Wade Green entrelazó su mano con la mía y me rodeó con su brazo quizá no quería que me percatara pero lo hice, estaba temblando a simple vista se miraba tranquilo pero sus ojos me indicaban lo contrario, es el dolor, me dije, siempre supe lo difícil que es perder a tu familia por que a pesar de no recordarlo mi corazón sentía su ausencia y eso era lo que ambos compartíamos, no había necesidad alguna de fingir que estábamos bien, por que no lo estábamos, perdimos los pilares de nuestras vidas pero nos teníamos el uno al otro, no es que no queríamos tumbarnos en el piso y quedarnos ahí a esperar que todo estuviera bien pero de algún modo u otro debíamos seguir así habría valido la pena el sacrifico, el seguir adelante con nuestras vidas era algo que realmente ellos habrían querido y ahora sabíamos que nuestro tiempo en la Tierra no era más que efímero nada podía garantizarnos el mañana por lo que estar tristes toda la vida no era lo importante lo que si lo es probablemente sea como sales de ese mar que cubre tu cuerpo y nubla tu vista, de esa ola que te impide ver que el sol está ahí.

Tal vez por eso ahora Wade se encontraba delante de mí sosteniendo un anillo de oro con un diamante en medio que se alzaba justo a la mitad del anillo uniendo ambas partes, las palabras se escaparon de mi boca, realmente estaba sucediendo lo comprobé tras pellizcar mi mano y reaccionar al dolor, sí, perdimos nuestras familia, pero ahora formaríamos una.

-Sé que no es el momento ni el lugar pero todo lo que sé es que quiero vivir contigo el resto de mi vida, quiero ver esa hermosa sonrisa que tienes y saber que estrás ahí siempre así que sería un privilegio para mí si me permitieras ser tu esposo, ¿Me dejarías ser parte de tu vida por el resto de tus días?- todo de mí se paralizó al escucharlo, sentí mi corazón latir con más fuerza aún, no esperaba esta propuesta puesto que aún éramos jóvenes, no estaba segura de que lo nuestro fuera algo común pero sí tenía la certeza de que lo amaba, no era necesario casarnos ahora así que un compromiso estaba bien por ahora, acepté luego de un rato en silencio.

Llegamos al aeropuerto un par de minutos después donde Keir y Elaxi aguardaban por nosotros.

-¡Enhorabuena! ustedes dos van a durar juntos mucho tiempo- exclamó Elaxi con una gran sonrisa de oreja a oreja.

-Mi más sentido pésame- agregó burlón Keir- solo puedo desearte mucha suerte con él, a veces es insoportable.

Wade le di un golpe con el puño en el hombro.

-¡Oh vamos!- se quejó mi ahora prometido- Sé que estás feliz en el fondo- añadió, Keir le dio un golpe en la cabeza y Wade se lo regreso yo negué con la cabeza y me acerqué a Elaxi.

-Supongo que algo de lo que dice es cierto- le dije.

-Ambos son insoportables.- me respondió yo estuve de acuerdo sabiendo que bromeaba.

-Me refería a que sí está feliz por nosotros- ella soltó una carcajada y me abrazó.

-Todos lo estamos.

-Así que sabías que lo iba a hacer ¿cierto?- la via sentir y abrió la boca para decir algo más cuando su frente se arrugó mostrando la evidente preocupación que estaba sintiendo y entonces lo vi, justo cuando la voz de la aeromoza se hizo presente para que abordáramos los policías nos detuvieron y llevaron fuera del aeropuerto con la excusa de que habían encontrado algo en nuestras maletas que habían pasado por alto y uno de los perros detectó, tomaron nuestras maletas y se las llevaron para examinarlas al cabo de un rato nos pidieron que subiéramos a la patrulla pues todo parecía ser un malentendido y querían verificar que no éramos peligrosos pero una vez dentro, sentados en los asientos traseros, la puerta se cerró con seguro, un mal presentimiento me invadió y mi vista se comenzó a nublar, por debajo de los asientos delanteros se filtraba una especie de humo blanco, busqué la mano de Wade pero este ya estaba inconsciente, golpeé la ventana pero mis fuerzas se desvanecieron de inmediato, Keir y Elaxi tuvieron el mismo destino que yo, lo último que vi fue mi cuerpo caer el asiento trasero.

-Así que sabías que lo iba a hacer ¿cierto?- la via sentir y abrió la boca para decir algo más cuando su frente se arrugó mostrando la evidente preocupación que estaba sintiendo y entonces lo vi, justo cuando la voz de la aeromoza se hizo presente...

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