Capítulo 8

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21.06.2022

Alex Silvestri

Observo embobado el rostro sereno de la rubia mientras duerme. Poco a poco va abriendo los ojos y posa, inconscientemente, sus manos en mis partes íntimas.

—Me salió golosa desde bien temprano—de digo depositando un beso en su frente.

—Solo quiero lo que es mío—dice estirando los brazos—. Y ésto es mío—dice y vuelve a coger mi miembro por fuera de mi bóxer

—No juegues con fuego, cariño, te puedes quemar—digo y ella aprieta su agarre.

—Pues quémame—me reta con una sonrisa pervertida.

Me adentro en la cama tapándome con el edredón blanco de plumas y me coloco encima de ella. Comienzo a repartir besos por toda su cara haciendo que ría y después bajo a su cuello para besarlo y dejar alguna que otra marca. Ella enrolla en sus dedos mi pelo, el cual he dejado crecer un poco más de lo común en mí y estira el cuello para que pueda llegar a cada milímetro de su piel. Sus piernas se enrollan en mi cintura y me bajan para que mi creciente erección choque con su entrepierna.

Continúo bajando hasta llegar a sus senos desnudos y los comienzo a besar. Aprieto con mis labios sus pezones ganándome un jadeo de parte de la rubia y continúo bajando hasta llegar a su abdomen, el cual beso.

Bajo un poco más hasta llegar a su sexo. Posiciono sus piernas flexionadas a los lados de sus caderas con la planta del pie apoyada en la cama haciendo que todo su parte íntima se abra para mí.

Con mi lengua juego con toda su vagina y con su punto de placer. Jessica lleva sus manos a mi cabeza, pero con una sola mano, las cojo y las dejo encima de su abdomen. La rubia gruñe un poco por mi acto y de ella sale un gemido ahogado. Su respiración es agitada y comienza a mover sus caderas en busca de más.

Introduzco tres de mis dedos en su vagina dilatada y la comienzo a estimular desde dentro sin detener mi lengua.

—¡Ah!—grita—¡Alex!—grita mi nombre haciendo que se me ponga dura.

—Los vas a despertar—digo contra su coño sin detener los movimientos de mis dedos.

—Más—exige esta vez controlando un poco su voz—. Joder.

Aumento los movimientos de mis dedos y estimulo su clítoris a la vez. El interior de su vagina se contrae y su espalda se arquea a la vez que suelta un gemido. Yo continúo con lo que estaba haciendo hasta que su espalda se vuelve a poner recta.

Quito los dedos de su interior y ella suelta un jadeo. Suelto la mano que aún sujetaba las suyas en su abdomen y le doy un beso en su botón de placer para después subir y darle uno en la boca para que saboree su sabor.

Jessica me besa y lame mis labios para después darme una sonrisa.

—Me toca—dice y se levanta dejándome en la cama.

—¿Segura? Siempre te dan arcadas—le recuerdo, pero ella asiente.

—Segura—dice mientras se sienta encima de sus pies en el suelo.

Levanto mi cadera y quito los bóxers que cubren mi miembro ya erecto y me siento en el borde de la cama, justo delante de ella.

—Lento—le digo enrollando su pelo en mi mano derecha.

Yes, daddy—dice mientras me mira con cara de niña buena y coge mi miembro.

Comienza a subir y a bajar su mano provocando que apoye el peso de mi cuerpo sobre la mano que tengo libre en la cama. La rubia pasa la lengua por la punta de mi miembro y un escalofrío recorre mi cuerpo. Poco a poco aumente la velocidad de su mano y va pasando la lengua por el exterior de mi polla.

La reina del Infierno ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora