Capitulo 11: Volveremos antes del amanecer

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  Desde el problemático encuentro en Youmu, habían pasado ya unos 3, quizás 4 días. Desde entonces han hecho apenas paradas para recoger agua, o comprar suministros y cocinar. Florentino y Tiker se turnaban para conducir de noche y dia, respectivamente.

  El sol ardía fervientemente en el gran celeste, desprovisto de cualquier nube. Florentino, que arreaba los caballos, levantó sus manos rojizas para acomodarse el sombrero, evitando que los rebeldes rayos del sol no llegaran a los ojos. Llegado un punto se desvió del camino, adentrándose entre la maleza quebradiza y los árboles que algo descoloridos hasta un escampado donde la que corría era fresca y el suelo húmedo por un pequeño pozo de agua a unos metros de él. Se detuvo y Lanzó un cuerno de Toro atado a una cuerda dentro del pozo, seguido, dio el aviso de la llegada a sus compañeros dentro del carruaje del cual salió disparada una chica, que echó a correr al pozo para sumergir su cabeza.

  Tenía una cola de caballo atada a un lado de su cabeza y respiraba pesadamente luego de sacar la cabeza empapada de agua del pozo, y ahí mismo se acostó boca arriba para descansar.

-¡Al fin, agua, deliciosa y refrescante agua! - Exclamó agradecida -

- ¿Esta arrecho el sol, no? - Preguntó el larguirucho graciosamente, jalando la cuerda de forma calmada para no derramar el líquido que contenía el cuerno - No te pongas cómoda, aún faltan unos minutos para llegar a nuestro destino.

  Una melena descuidada y desordenada se asomaba de entre las telas que servían de cortina para que la luz no entrase a dentro del carruaje - Señor Florentino... déjanos descansar - Murmuro con voz ronca y somnolienta - Tenemos hambre y este calor, Oh este calor ¡Me esta desesperando!

  Todos, o la mayoría estaban agotados por el viaje, no habían tenido tiempo de descansar, sentir el calor alrededor de la hoguera y disfrutar de la comida caliente. Florentino bajo la cabeza – "Tienen razón"- pensó- "deberíamos tomar un descanso después de tanto viaje".

-Está bien, quizás los estoy presionando mucho. ¿Qué tal montan el campamento? Puedo asegurar de que ansían masticar la carne del cordero que cazamos hace 2 días

  Enseguida y como si la vida hubiera vuelto a sus cuerpos, ambas gemelas se levantaron y comenzaron a montar el campamento con una velocidad y emoción que no había visto. Mientras una se encargaba de montar las tiendas de campaña, la otra dispuso a hacer el fuego preparar la comida. Verlas con tanta alegres hizo latir el corazón de Florentino que iba siendo opacada por un triste sentimiento de nostalgia.

  Inquieto, tomo un par de frutas de una cesta y se dio la vuelta alejándose del campamento - Ya vuelvo, iré a Whitestone a investigar, estaré aquí mas tardar al amanecer -

  Las gemelas le insistieron que se quedara, que partirían todos luego de tomarse un buen descanso, era muy peligroso que anduviera solo en un lugar desconocido. Él no dio importancia y a paso despreocupado echó a andar por el camino trazado por las marcas hechas por cascos de caballo y las ruedas de madera. Las gemelas lo tomaron de los brazos, en sus caras reflejaban preocupación y en tono serio le dijeron que se quedara y que por lo contrario, si decidía marchar, tendría que hacerlo arrastrándoles a ellas.

- No ira solo, Yo iré con él. No nos pasara nada, pueden estar tranquilas -

  La repentina interrupción hizo que todos bajaran la guardia. Florentino soltó una risita y le dio los buenos días al joven médico.

  Su cabello negro aun atado se veía despeinado; Dos bolsas oscuras se mostraban bajo sus ojos, sus cejas se inclinaban frunciéndole el ceño y su voz demasiado tranquila.

Tiker & Tosk: Los VigiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora