A|| MewGulf

N I N E

Los recuerdos atormentan mi mente, pero es así que me siento vivo y sé que pude llegar a quererte.

---. ¡No! ---. Gritó con desesperación, despertando de golpe tras haber soñado con cosas del pasado, en las cuales sucedían recuerdos que en su momento lo dañaron, provocándole una psadilla tras recordar ello y revivir esos momentos de dolor y frustración.

Su corazón latía con rapidez, permitiendo que sintiera por encima de su pecho -sin la necesidad de tocar- el agitado latir de este. Su ropa estaba húmeda, dejando ver a simple vista que estaba sudando, producto de la pesadilla que estaba teniendo. La luz que a través de la ventana se podia observar era oscura, dándole a entender que todavía eran horas de madrugada debido a que el sol aún no salía, cosa que lo hacía sentir menos agitado por saber que podía llegar tarde al trabajo, pues, aunque por dentro una parte de el deseara faltar y no encontrarse con nadie, la otra parte racional de sí mismo sabía que necesitaba trabajar para terminar de ahorrar el suficiente dinero y así poder irse de Tailandia de una vez por todas. Lejos de todos los problemas y de algunas personas.

"Fue un simple sueño... nada es real"

Tocó su pecho, quedándose atónito ante el agitado latir de su corazón, el cual bombeaba como si quisiera estallar o huir de su lugar, donde tenia que estar. Observó a los lados con sutileza, olvidándose de sí mismo al recordar que That probablemente dormía a su lado, cosa que lo hacía sentir menos nervioso, al saber que estaba acompañado.

"Mew..."

---. That ---. Llamó en un suave susurro, tocando el lado vacío de la cama, donde se supone que el menor debía de estar pero no se encontraba. Observó todo el cuadro de la habitación, con el único fin de encontrar a That, quien no se encontraba en el. Frunció el ceño y revolvió sus cabellos, sintiéndose frustrado por estar sudado y por no encontrar al contrario.
Abrió los ojos de golpe, cayendo en cuenta que el menor se podía encontrar en la cocina, haciendo un café o un té para el mismo.
Miró el reloj que permanecía en la mesita al lado de su cama, el cual marcaba lo tarde que era.

---. Tres y media de la mañana ---. Dijo con el ceño fruncido ---. ¿Estará en la cocina? ---. Se preguntó, sintiéndose raro al pensar en ello, puesto que That no despertaba a tantas horas de la noche solo para tomar agua, café o té. Le desconcertó pensar eso, sin embargo, con frío y cansancio, salió de la cama y se encaminó a la cocina, con la esperanza de encontrar al menor y quedarse a conversar con el antes de volver a la cama y dormir

Encendió la luz del pasillo, permitiendo que su camino se viera más visible para poder seguir sin tropezar con algún objeto que estuviera tirado. Observó a su derecha, divisado desde su distancia la cocina, la cual parecía intacta pero con la luz encendida, dándole a entender que el menor se encontraba ahí, puesto que la luz seguía encendida.
Cuando llegó a la puerta de la cocina, dobló e ingresó a la grande sala que esta era, observando de lado a lado para ver si That se encontraba ahí, buscando comida o tomando alguna bebida, sin embargo: no estaba por ningún lado.

Se sintió confundido, ignorando y dejando de lado el sentimiento de inquietud que en el fondo de su corazón pinchó al no encontrarlo por ningún lado, sin embargo: decidió no darle más vuelta al asunto y prefirió regresar a la cama, con el pensamiento de que tal vez el menor se había ido a casa para terminar sus tareas o para dejarlo descansar lo suficientemente bien y luego regresar a visitarlo.

"Incluso un estudiante como el tiene que madrugar para hacer sus tareas"

Apagó la luz de la cocina y emprendió el camino hasta su habitación, dejando tras el, una pequeña nota que permanecía pegada en el refrigerador, donde nunca posó la vista para saber si había algo que le indicara el paradero del menor. Al cabo que su único pensamiento tenía un sólo nombre y un solo apellido, el cual era reconocido entre las pocas personas que pudieran tener el privilegio de intercambiar palabra con el magnate Jongcheveevat.