E I G H T E E N

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La melancolía de mi corazón.

Una taza de café en su escritorio permanecía; frío y sin haber sido notado.

El cigarro que en sus labios permanecía consumiéndose, junto al vaso de whisky que en su mano firmemente sostenía, era lo único que él deseaba disfrutar y probar.

Tan glorioso era aquel olor a quemado que de su cigarro se desprendía, y tan adictivo era el ardor que el whisky en su interior dejaba al caer, que ni aquella taza de exquisito contenido lo atraía.

En el humo de aquel cigarro ya casi consumido, el cual suavemente se dispersaba tal cual polvo en el aire, Mew se sentía vagar.
Los sentimientos enredados entre ellos permanecían, y la agonía que su desenfrenado corazón esa noche sentía, era la arma mortal que durante años ocultó.

El arrepentimiento comenzaba a carcomer todo lo que tenía a su alrededor, y sin saber, comenzaba a desear cosas imposibles.

Sus manos ardían, deseosas de posarse con desespero en aquel frágil cuerpo, el cual ante su tacto aún respondía. Y su cuerpo muy frío se sentía, abandonado por aquel hombre que en sus brazos sin descaro se desplomó, provocándole sentimiento que creía muertos  y dejándole miles de deseos difíciles de cumplir.

En su sentimiento más egoísta, deseaba cuidar de él, tomar su corazón y succionar su alma.
¿A qué costo? ya nada era igual, y se lo había dejado en claro ese día antes de desmayarse, cuando las últimas palabras habían sido dichas.

"Es como un café"

Decir que no dolía era una mentira, las lágrimas por sus mejillas ya caían, y pequeños sollozos de sus labios escapaban.

En las noches, después de haberlo visto y tenido, eran un martirio. Acostarse tarde para pensar en el trabajo, no en él. Comer poco para que el hambre no lo dejara recordar aquello que vivió, junto a él. Fumar para concentrarse en el sabor de su cigarro, no en el sabor que los labios de Gulf desprendían cada que los besaba. Todo y a la vez nada le recordaba a él.

Poco y mucho era lo que al cerrar los ojos y verlo desnudo le provocaba.

Incluso aquel cigarro le recordaba tanto a él, que el sólo echo de tenerlo entre sus labios lo hacía pecar al imaginar tantas cosas indescriptibles y difíciles de no esperar.

En cualquier momento, a todo minutos y por cada cosa, se sentía desvanecer.

"Eres aquel cigarro que acaba con mi vida por cada segundo que tomo de tu sabor"

La culpa de algo que aún no hacia lo perseguía sin descanso, pero la fortaleza con la que sus sentimientos vivían, jamás habia cambiado ni por un instante.

Se sentía tan patético que pedir una oportunidad le sonaba inadecuado.

---. Ingresas a mi sistema, te posas en mis venas y navegas sin descanso ---. Dijo ---. Cuando todo va bien, me haces enfermar, pero eres aquel sentimiento que yo fácilmente no puedo dejar ---. Tomó su vaso de whisky, y apuntando hacia la luna, alzó su bebida, brindando por sus sentimientos y disfrutando de aquellas lágrimas que con sinceridad derramaba en la soledad de su oficina

"Ante tu recuerdo yo derramo mis sentimientos, y ante tu presencia yo finjo no saberlo, pero te amo tanto que aún te espero"

A|| MewGulfDonde viven las historias. Descúbrelo ahora