Me levanté cuando los rayos de sol estaban saliendo, me levanté y senté en el pollete, miré a una pequeña Diana dormir tranquila.
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- Iré a buscar trabajo...- miré por la ventana viendo cómo el cielo de la noche iba desapareciendo junto a la luna y aparecía el Sol.
Me levanté y caminé a la puerta de la habitación, la abrí despacio para no hacer ruido, la sala estaba vacía, salí por la puerta y caminé hasta el mercado.
Pregunté a algunas personas pero nada hasta qué le pregunté a un señor mayor que vendía objetos antiguos.
- Hola señor - le saludé, él solo me asintió - ¿Necesita un trabajador? Necesito trabajo - le rogué.
- Puedes empezar ahora, se te pagará una moneda de cobre por día - dijo asintiendo.
- ¡Gracias!- sonreí.
" Por lo menos con esa moneda podremos comprar algunas frutas o algo de carne diariamente " pensé contento.
- Empieza limpiando el polvo - ordenó.
Agarré un trapo y empecé a darle a los artículos con cuidado.
Pasaban las horas y los clientes llegaba en masa ya que bueno...
- ¡Guapa señorita no le gustaría este espejo para qué pueda ver la gran belleza qué me lleva! - grité a una señorita de alta clase que pasaba.
Paró y se acercó para ver el espejo.
- Me lo llevo, ¿Y usted está a la venta?- preguntó coqueta.
- Lo siento señora pero ya tengo dueña - sonreí.
" Por no decir dueños y dueñas qué por lo visto se aburren mucho..." Miré a un callejón viendo una cabellera blanca larga, ya no sabía si era Tomoe o Ajax.
- Qué lástima...- dijo triste.
- ¡Pero el espejo se lo puede llevar!
Ella río y me pagó el espejo dándome una moneda de plata de más. Me la guardé en el bolsillo ya qué supuestamente era una propina.
Hizo a su mayordomo cargar el espejo y se fue.
- Ya es la quita qué me quiere comprar...- susurro pero parece qué el dueño me oyó.
- No se ven niños con tus características y todas las nobles ahora buscan qué sus hijos salgan bonitos - dice divertido.
Asiente y sigo atrayendo clientes.
- ¡Señor! - llamé la atención de un hombre músculoso pelirrojo - ¿No le gustaría llevarle un jarrón de cerámica del este a su mujer? - dije señalando un jarrón de un extraño verde.
