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Presente

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Desperté asustada como en estos meses se me estaba haciendo costumbre.

Me levanté bufando y rodando los ojos, talle mis ojos y me levanté descalza para meterme a la ducha.

Quite mi camisón y después con dificultad quite mi corsé. Al quitarlo sentir como mi cuerpo se relajaba, entre en la bañera y comencé a bañarme. Al terminar me levanté y envolví mi cuerpo en la toalla.

Caminé a paso lento y me cambio por un vestido azul cielo con olanes y un pequeño escote, me coloque un collar de perla y un fragancia de rosas. Mi peinado era un trenza y lo que restaba del cabello era suelto. Mis botas perfectamente blancas resonaban por mi habitación.

Tenía tantos nervios, solo faltaban semanas para irme a organizar con los demás para la coronación de cada reinó. Ya casi era mi cumpleaños número 18.

Salí de mi habitación y baje las escaleras cuidadosamente.

Al llegar al comedor me llevo la gran sorpresa de que la familia Gallagher está aquí. Mi ceño se frunce y mis labios se aprietan. La verdad lo menos que esperaba era que estuvieran los Gallagher aquí, pero tampoco me sorprende del todo papá y el señor Gallagher son buenos amigos, supongo que vinieron de paso y no a quedarse, rezó porque solo vengan los padres o solo el señor Gallagher. Pero no, esta toda la familia Gallagher aquí.

Les doy una sonrisa falsa a todos y me acercó a mis padres.

—Padre —digo y el me mira—. No podré desayunar con ustedes tengo que ir a una reunión con los oficiales.

Cada mañana me reúno con los oficiales del pueblo para saber si hubo algún problema por la noche, la cantina siempre esta llena a esas horas

Mi padre sonríe y mira a los señores Gallagher los cuales también tienen una gran sonrisa en su rostro.

—Los atenderán ellos solos, tu te quedas aquí pastelito.

Esto era una mala jugada de mi padre, lo podía saber por su cara picara. 

—Siéntate cariño —dice mi madre y a regañadientes me siento a su lado quedando en frente de Aidan que me miraba serio. Creó que los años lo hicieron algo amargado, o tal vez yo.

Sigue igual de guapo, incluso debo admitir que hasta más. Sus facciones estaban más maduras, sus ojos eran más intensos, sus labios eran más tentadores, sus cejas más pobladas y ese ceño fruncido que le quedaba tan bien. Me gusta... Su cambio, claro.

—Pongan otro plato para mí hija —la voz de mi madre sonó haciendo que dejara de mirara al castaño.

—Estas tan linda cariño —dice la señora Lauren y le doy una sonrisa sincera.

—Muchas gracias y ustedes sigue igual de hermosa y joven que siempre —ella me agradece por el halagó y mi madre sonríe.

—Vas hacer que me ponga celosa mi niña.

—Tu también eres hermosa y joven madre —mi padre asiente y besa la mano de mi madre. Yo sonrió tiernamente mirando la escena. La mirada de Aidan está sobre mi y veo como una pequeña sonrisa se asoma por sus labios. Oh no.

The Shadow of Love // ​​Aidan Gallagher © ¹ Y ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora