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Coronación: Dustin

_____:

Era de medianoche y Dustin comía como loco mientras yo me estaba quedando dormida sobre la mesa. No entiendo cómo le cabe tanta comida, en ese estómago tan formado.

—¿Cómo le haces para no engordar? —le pregunto y el levanta los hombros.

—Solo como y como, este estómago de los dioses no engordará nunca.

Reí y cerré mis ojos pero por alguna razón ya no podía dormir. Mañana me levantaría temprano para la coronación, debíamos ya de estar dormidos pero ahora me encuentro viendo a Dustin comer de los nervios haciendo que mi estómago gruña del hambre.

—¿Me das un poco? —pregunte y el asiente con suavidad.

Me da un poco de tarta de fresa y yo también comienzo a devorar lo que había haciendo que Dustin ría al ver mi gran hambre.

La verdad no había cenado bien, moría de miedo, de mi mente no salía aquella chica. Se veía tan mal y no pude evitar sentirme mal por ella.

—Deberías de comer despacio, podrías ahogarte —dice riendo y yo escupo la comida al ver cómo se le salía por la nariz algo de agua.

—Cállate o despertarás a los demás —susurro mientras reímos de las estupideces. La cara de Dustin se hizo de sorpresa cuando cayó de la silla, reí más fuerte igual que el. Una carcajada muy fuerte salió de mi boca haciendo que me asustara, Dustin reía de mi cara y yo de la suya.

Mire el desastre y tome lo que había escupido con asco, los dejé sobre un plato y lo tape con una servilleta. Dustin aún seguía muriendo de la risa y yo igual.

Su cara estaba roja y la mía seguramente igual. Era la primera vez en estos años que me reía de esa manera. Dustin era mi gran amigo del alma.

Y Aidan el guardián de mi corazón.

Dustin se levanta aún riendo y de una puerta saco una gran botella de alcohol, el la abrió y le dió una gran trago, a lo que yo también le doy uno.

—Me encanta este jugo de manzana —dice bebiendo más y me extiende la botella. No es alcohol, supongo que es saludable.

De la nada empezamos a bailar como si fuera el baile típico que hace después de cada ceremonia. Yo nunca bailaba, mejor me iba a mi habitación a dormir un rato o planear que hacer para escapar de aquí.

Las risas nuevamente se hicieron presentes. Nos reíamos de lo que fuera, pero todo nos causaba una gran gracia. El jugo de manzana estaba por acabarse, así que Dustin decidió sacar una botella más del jugo. Sabe verdaderamente delicioso.

—Ya debemos ir a dormir —murmuro riendo mientras Dustin sigue bailando. El para de bailar y se comienza a reír, perdiendo nuevamente el equilibrio llevándose a la cara el plato con la comida que había dejado. Reímos como si fuera lo último que pudiéramos hacer.

Yo me sostengo de la mesa cosa que es inútil porque caigo de igual manera, pero no dejo de reír.

—¿QUÉ ESTÁN HACIENDO? —grito alguien haciendo que Dustin y yo nos levantemos asustado. Cobro conciencia cuando veo a Aidan, Sebastián, Jace, Cameron y Dante. Casi no podemos mantenernos en pie, por lo que nos tomamos de la mesa.

Miró a Dustin y en cuanto lo miro comenzamos a reír nuevamente.

—NO SE RÍAN —gruñe Sebastián enojado.

Todos nos miran sorprendido y Dustin luce como un perrito regañado, por eso voy y lo abrazo un poco para que no empiece a llorar, pero lo empeoró y comienza a llorar más.

The Shadow of Love // ​​Aidan Gallagher © ¹ Y ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora