07

372 36 0
                                    

Decisión

Seguía lloviendo poco, era ya tarde, pero bebía una buena taza de chocolate caliente que Gilbert me había enseñado y ayudado a preparar. No quisimos cenar y ahora se encuentra consiguiendo un poco de leña.

Miraba afuera mientras estaba sentada en el sillón y me cobijaba una manta de color verde. Hacía frío.

La trenza colgaba por mi hombro y podía sentir mi piel ponerse de gallina cuando Gilbert entro y se coló el aire de afuera. Lo mire y le sonreí mientras me ofrecía para ayudarlo, se negó diciendo que era su invitada de honor.

—Quisiera apoyarte con las tareas de la casa. No quiero aprovecharme y que me llegues a odiar —dije soltando una risa mientras él sonreía y dejaba la leña cerca de la puerta.

—No podría dejar que se lastime.

[•••]

Una semana había pasado y Gilbert había regresado a trabajar.

Aún no tenía una decisión, quería quedarme, pero me dolía dejar a mi familia.

Limpiaba la mesa mientras pensaba en lo que en esta corta semana había pasado. Varios guardias vinieron ayer preguntando si no había visto rastro de mi a Gilbert, obligándolo a mentir, dijo que no me había visto desde aquel día. Por sus informes bien detallados sobre que cosas había nuevas en el reino menciono como todo el pueblo me buscaba ahora.

Hoy al amanecer fui al reino para ver cómo están las cosas por allá. Vi a Aidan y lo vi pálido, débil y con unas ojeras muy grandes. Me sentí mal por ello.

Al regresar me encontré con Gilbert quién me dijo que ya había dejado el desayuno listo. Ya nos habíamos repartido tareas, para no parecer aprovechada. Él haría las comidas y yo mantendría limpia la casa.

Siempre me traía tulipanes cada que volvía de su turno agradeciendo por darle un poco de compañía a su soledad. Descubrí miles de cosas sobre mi ahora compañero de casa y amigo. Era amante de la medicina y se la pasaba mezclando cosas para crear nuevas curas para las personas del pueblo.

Hace un par de días Gilbert había escuchado como la miel podía ayudar a que no entrarán infecciones por las heridas, recuerdo que todo ese día estuvo con una mirada diferente y hablo más de lo normal. Era algo que llamaba su atención.

Aidan:

Era la cuarta vez que visitaba el lago en el día. Parecía que a _____ se la había tragado la tierra y me encontraba en el punto de perder la esperanza.

Sin duda la semana más larga de mi vida.

Me levanté y camine sin rumbo entre el bosque tratando de encontrar algo, una pista, algo que me haya diga que está bien. Mis pies se detuvieron en una casa en medio del bosque. Camine más rápido y a la primera ventana que vi abierta fui y di un vistazo.

No había nada. Me acerque a la puerta y comencé a tocar. Alguien tosiendo detrás de mi llegó a mis oídos y me gire encontrándome con un hombre un poco más mayor que yo, con uniforme, alto y en su mano cargaba algo de verduras.

—Rey —dijo y se acercó a mi —. Lamento lo de su esposa —dijo en voz baja.

Sonreí. Parecía avergonzado y algo nervioso.

The Shadow of Love // ​​Aidan Gallagher © ¹ Y ²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora