―Me dí cuenta despues de un tiempo más tarde de cuando me dijeron que Jessica no era la tal chica. Si quieres esconder un secreto tendrías que esconder mejor tu pulsera―murmuró divertido, tomando mi muñeca y acariciando mi pulsera. Yo tragué en seco y él me beso. ―me tendras que explicar muuuchas cosas―rió tiernamente.
―OH POR ZAC EFRON―dijo Nicole, detrás de ella estaba Josh sorprendido. Yo del susto derribe un castillo de cartón que habíamos hecho para escenografía. La miramos con el ceño fruncido. ―¿Qué? Zac Efron es un Dios, ¿no han visto como esta? ―preguntó abanicándose con su mano.
Diganme que esto es un sueño, por favor.
―¡Chicos! ¡Han estado maravillosos! ―exclamó la directora, llegando por detrás de Jess y Josh. ―Y el beso del final… wow, fue intenso―rió emocionada. ―¿Quisieran hacer alguna otra obra más adelante? ―preguntó.
―No―contestamos los cuatro al unisono y ella rió, yéndose.
―Bueno querida Cenicienta… ―vaciló alejándose un poco Charly, yo lo miré confundida y con el ceño fruncido.
―¿Qué? ―pregunté.
―Es hora de secuestrarte―me guiñó el ojo con una gran sonrisa irresistible y yo lo miré confundida, pero antes de que pueda decir algo, ya estaba sobre él, en su hombro y saliendo de allí.
Yo pataleaba para que me suelte, pero no lo hacia, y lo peor de todo es que estaba pasando por la salida, donde iba saliendo todo el publico.
Ya estábamos afuera y él seguía firme llevándome, yo ya estaba cansada asi que me rendí.
―¡Cuidamela Charly! ―gritó mi mamá.
―¡Claro señora! ―le contestó Charly.
Que traidora.
―¡Gran obra chicos! ―apareció un chico que no conozco, y choco mis cinco.
―Gracias―contestamos al unisono.
Luego él apuró un poco el paso y llegamos al estacionamiento, más presisamente a la camioneta de Charly. Oh sí, la misma en la que me habia escondido hace tiempo. Oh sí, misma que quedó barada hace dos días en quien sabe donde, pero la recuperó. Al menos eso es lo bueno.
Me metió en la cajuela de esta y yo lo mire sorprendida.
―¡Oye! ¡A donde me llevas!? ―exclamé tratándome de poner en pie.
―A algún lugar, quedate allí―me guiñó el ojo y yo fruncí el ceño enojada. De tanto fruncir el ceño me saldrán arrugas. Bueno, no. ―Toma―sacó una manta de adentro de la camioneta y me la tiro. ―Por si tienes frio―rió y se metió dentro de la camioneta. Me agache para poder verlo por el vidrio que tenía la camioneta y él metió la llave en su lugar para arrancar dicha y famosa camioneta. Y así estábamos dirigiéndonos a quien sabe donde. Espero no perdernos, al menos.
Me senté tapándome con la manta, hacía algo de frio. Pero lo mejor de todo, era el viento que pegaba en mi cara. Es fantástico la sensación de libertas y tranquilidad que te dá. Cerré los ojos y me dí cuenta de algo. Sabe mi secreto. Pero… ¿Cómo? ¿Quién le habrá contado? ¿Cómo se dio cuenta? ¿Qué dirá ahora? ¿Por qué no esta enojado? Muchas preguntas rondaban en mi cabeza, y al abrir los ojos lo primero que vi fue que estábamos saliendo de la ciudad. Recordé la película y el libro “Las ventajas de ser invisible”, donde Sam se paraba en la cajuela para poder sentir el viento en su cara. Así que… la imité. ¿Qué más da?
Me puse de pie y lo hice, Charly volteó rápidamente y abrió la pequeña ventanita, y luego de eso volvió su vista al frente.
―¿Ahora también quieres tener un “Las ventajas de ser invisible” en tu vida? ―gritó para que yo lo escuchará, yo reí.
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¡Que no soy Cenicienta! [EN PROCESO DE EDICIÓN]
HumorElla para todos era una cenicienta... con una mezcla de blancanieves, quizá.