Capitulo 6.-"Chocolate, Umpas Lumpas, Narnia, Barney"

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Qué terco

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Qué terco. En sí es verdad, está cerca, pero que me haga caso. Lo tengo que convencer que... STOP. ¿WHAT? ¿DIJO QUE MI "PRESENTIMIENTO" (en el cual mentí) FUE VERDADERO? ¿Eso fue un halago o lo dijo solo para quedar bien?

No entiendo nada y mi cabeza esta revuelta.

O sea, ¿qué?

―Nicole, ¿estás en la tierra o en marte? Tierra llamando a Nicole―me dijo Charly sacudiéndome y sacándome de mis pensamientos.

―¿Eh? sí, sí, estoy aquí―dije aturdida. No entendía nada.

―Okay. Entonces...―vaciló por un momento―Tú llevas más tiempo en el colegio, ¿conoces a alguna chica que puede llegar a ser quien busco? 

―Charly, no voy por la vida fijándome si cada chica que me pasa por al lado tiene una pulsera igual a la de tu amiga, conocida o lo que sea―me crucé de brazos.

―Lo sé, pero...―suspiró―solo quiero encontrarla.

No puede decir esas cosas con esa cara, es muy tierno.

Luego de estar un rato fijándonos en el anuario del colegio todas las chicas que tengan las iniciales de la pulsera (obviamente yo me pasé de largo), la madre de Charly me trajo chocolate caliente.

―Charly.

―¿Hmm?

―¿Viste el chocolate que le diste a la niña esa que estaba envenenado? 

―Aja

―¿Willy Wonka te lo envenenó y te lo dio?―solté una carcajada.

―No me molestes con eso, ya me traumaron. Simpre me lo dicen―Creo que es mejor que te digan eso antes de que te digan Cenicienta. Pensé para mi. Aunque sí, debe ser feo.

―Pero vamos, ¿los umpa lumpa como se ven en persona?―solté una carcajada. Me estoy cobrando la semana de descompostura.

―Eres mala―me dijo serio, pero con una media sonrisa.

―No tanto como para envenenar a una persona, o sea... si Willy no te dio el chocolate suficiente no te la agarres con las niñas indefensas de un crucero―le dije llorando de la risa. Se veía demasiada graciosa su cara.

Me miró divertido, estuve riendo como por 5 minutos.

―¿Terminaste?―me preguntó.

―Aja―me secaba las lagrimas.

―Lástima, me gusta tu risa―dicho esto se tiró sobre mí y me comenzó a hacer cosquillas.―¡SOY UN UMPA LUMPAAAA!

―BASTAAA! ... CHARLY.... NO...―y eran risas y más risas.

Me retorcía de la risa y sin querer le pegue una patada en, bueno, sus partes bajas. Él se las tomó y cayó al suelo haciendo un pequeño y muy agudo "ay". Yo lo miré con culpa.

¡Que no soy Cenicienta! [EN PROCESO DE EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora