07

823 108 4
                                        

Llegamos hasta el umbral de la puerta de mi casa. Me volteé hacía él, quién ya tenía su mirada puesta en mí desde que habíamos salido de la cafetería.

En un momento de nuestra extensa charla, me dijo algo que me desconcertó; retuve el aire al escuchar esas simples pero significativas palabras.

Me gusta tu aroma. ─Me gusta tu aroma. ¿Qué se responde a eso?

Mis piernas flaquearon en el momento, mis mejillas se dieron a relucir más con un tono completamente rojo.

Él sólo bajó la mirada, mientras una pequeña sonrisa que podría calificar como traviesa, cruzó por su cara de santo, desconcertándome aún más.

La sonrisa. Sus ojos. Su sonrisa. Todo eso y más pude degustar. En primera fila.

Después de un momento, me reí, nerviosamente. Fue una risa holgazana, porque se perdió entre el silencio que cortó mi acompañante unos segundos después de mi no tan entendible acción.

¿Qué causa gracia? ─Me dijo, como si estuviera tan desconcertado como yo, a pesar de haberse reído también.

Quizá era la emoción del momento, pero confesé algo que de vez en cuando me daban muchas ganas de sacarme de encima.

De pequeño me decían que mi aroma era raro. Hasta mis familiares pensaron que yo era muy "diferente", y los mayores siempre asocian lo diferente a lo común como feo o desagradable. ─Mi sonrisa se desvaneció con el pasar de las palabras, pero volví a pintarla al finalizar mi confesión. Tratando de no preocuparlo de alguna manera.

Lo lamento. Debió haber sido un poco duro para un niño, ¿no? ─Su mirada era una preocupada, algo que me alarmó. No quería preocupar a nadie.

Sí, supongo. No recuerdo nada más que cosas malas de mi infancia. Pero algún día las olvidaré. ─Sonreí vagamente. Nunca podría olvidarlas, por más que quisiera.

Siempre recuerdo los horribles comentarios de mi mamá hacía mí. En cómo mi aroma era como un veneno, el cual alejaba a todos de mí y de mi lobo. Yo tenía el poder de causar que nadie quisiera relacionarse conmigo en ningún modo.

Me enojaba. Me enojaba porque, de alguna manera, alguien pudo haberme amado en mi infancia; alguien pudo haberme valorado y hubiera también amado mi tan extraño aroma. Pero en mis recuerdos sólo estaban las palabras con púas de mi mamá.

Nunca dejaron de doler. Nunca iban a dejar de doler.

Volví a la realidad cuando sentí a un lobo olfatear cerca de mí. Jeno me miró, como había estado mirándome mientras le contaba mi no tan buena experiencia con tener un olor como el mío.

Mi lobó sollozó, y de un momento a otro, una lágrima cayó por mi mejilla.

Sentía calientes mis mejillas, y no era por el calor de un rubor.

Oh. Estaba llorando.

Las limpié rápidamente con la manga de mi sueter gris. Perdí el equilibrio por la fuerza con la que me limpié las lágrimas, dando unos pasos hacía atrás.

Como nuevo, miré a Jeno después de pasar por el momento más vergonzoso de mi vida.

Me sonrío, con una de esas sonrisas que podían aclamar sin hablar "Puedes confiar en mí", mientras ladeaba su cabeza y cerraba sus ojitos, que a mi parecer, parecían pequeñas lunas.

Sin decir ni una palabra o emitir algún sonido, me atrajó hacía su hombro haciendo agarre en mi nuca. Posicionó mi cabeza sobre la curvatura del mismo, soltando varias feromonas que lograron tranquilizar los mis tormentosos pensamientos.

Manzanilla y melón. Era como casi un hilo de aquel inesperado aroma, pero pude percibirlo muy fácilmente al estar prácticamente abrazados. Espera... ¿Estamos abrazados?

Volví de mi viaje de aquel aroma que me enloqueció en sólo un par de segundos. Abrí los ojos. Podía ver el suelo, cómo pequeñas gotas de agua caían en él y lo pintaban. Mientras Jeno, él seguía con su mano haciendo un agarre en mi nuca, soltando aún más feromonas debido al frío que sentíamos los dos en esa noche tan despejada.

Lo miré a Jeno, quién me sonrió de vuelta para llevarme más cerca de la puerta, sin dejar que yo me mueva de mi (ya proclamado) lugar en él.

Yo sólo pude hundir mi rostro en su pecho, mientras me acariciaba contra él. Sentía sus manos bajar hacía mi cintura, donde dejó pequeñas y reconfortantes caricias.

Mi mente hizo click, y rápidamente empecé a buscar las llaves de mi casa en los bolsillos de mi saco. No quería que Jeno pescara un resfríado, y menos por mi culpa.

Lo invité a pasar, él aceptó sin dudar y nos metimos a la casa. Lo mejor de mi hogar era que siempre se mantenía en un clima templado, y no bastaron unos cuantos segundos para que el agradable calor nos abrazara por completo.

─¿Gustas de un café, té, de un vaso de agua? ─Le pregunté mientras volteaba a verlo después de dejar mis llaves en su lugar.

─Un café estaría bien, gracias. ─Me dirigía rápidamente hacía la cocina, pero su voz proclamando mi nombre me hizo mirar atrás─. Gracias por dejarme pasar a tu casa, en verdad. Es muy cálido aquí.

Yo sólo sonreí por el tono tan tranquilo que tuvo al terminar su oración─. No hay de qué, Jeno. Además, no podía dejarte ahí sólo en la lluvia.

Negué un par de veces con mi cabeza mientras me mordía mi labio inferior. Este hombre me hizo sentir muchas cosas en sólo una noche, y eso que apenas llevo conociéndolo sólo unas horas. Increíble.

[...]

Oh dios, por favor, por favor.

Físicamente sonreía. Mentalmente quería morir en ese instante.

Cada maldita parte de aquella linda casa estaba repleta del aroma de Jaemin. Yo estaba casi ya muerto de los nervios, y mi lobo parecía disfrutar dos cosas: el ya conocido y encantador aroma, y mi silencioso sufrimiento.

Vi a Jaemin desaparecer por el camino a su cocina, mientras yo empezaba a regañar a mi lobo en agresivos susurros. Sólo espero que no se haya conectado con el de Jaemin, si era así, ya estaba muerto.

─Como que les gusta mucho mi aroma, ¿no? ─Levanté mi cabeza rápidamente al escuchar su voz.

Lobo inútil.

Vi a Jaemin en el umbral de la puerta de la cocina, sosteniendo la carcajada en una sonrisa, mientras levantaba su ceja izquierda. Yo sólo pude tapar mi boca con una mano, mientras bajaba mi mirada y me aseguraba de regañar aún más a mi lobo.

🧼

hola, ¿les gusta el aroma de jeno? a mí sí. ^^

tomen agua, coman todas sus comidas y duerman bien. <3

¡omega for sale! nominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora