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Era martes. El sol salió temprano, obligándolo a levantarse, no sin antes dar unos buenos insultos mañaneros que, de alguna extraña
manera, le divertían y le ayudaban a descansar un poco de sus pensamientos.

Se puso sus zapatillas nike negras, una remera negra y un sueter ligero de color blanco y negro a rayas. Jeans algo holgados y... ¡ta-rán! Estaba listo para empezar otro día como un estudiante y también como un joven chico con un peculiar trabajo.

Se lavó rápidamente los dientes, agarró una manzana de un bowl que siempre yacía en la isla de su cocina, siendo ese su desayuno en algunas ocasiones.

Fue de aquí para allá, hasta que finalmente, la encontró. Su laptop.

Los trabajos de Jaemin eran extraños, exceptuando el que solo tiene que ir a una cafetería. Claro.

OmegaForSale había sido solo un intento de diversión en su vida, algo de movimiento en el bote que jamas tomó un rumbo peligroso, y cual bote también empezaba a desgastarse y hundirse.

Leyó la info demasiadas veces. Sintió pena por las personas que se sentían muy solas y las que necesitaban a quién los ame y los haga sentir verdaderamente amados. Sintió sus ojos humedecerse. Odiaba llorar por una situación triste, y más cuando esta no lo integraba a él en lo absoluto.

Él no era tan bueno con los afectos físicos, pero hacía lo que podía en cada cena familiar, y siempre resultaba todo bien.

No iba a echar abajo el hecho de que tuviera un poco de miedo. Claro que tenía miedo, más sí el nombre de la página es "¡omega en venta!". Él no quería en lo absoluto ser vendido; lo que quería él era tener la posibilidad de hacer feliz a alguien que no lo es, compartiendo un poco de su felicidad hacía aquella personas.

Intentó tener alguna que otra relación, pero el compromiso y el sexo siempre lo aburría y prefería palabras contenedoras, cariñosas. Abrazos y besos en las mañanas, caricias en el dorso de su mano y su mentón. Cosas lindas pero un poco efímeras.

Abrió la aplicación (ya descargada desde hace mucho antes) y se sorprendió al ver que en el pequeño ícono de email, se presentaba en un rojo fuerte, un (1), junto a un signo de exclamación.

Como si su emoción fuera lo único que lo controlaba, clickeó lo más rápido que pudo en el ícono, este llevándolo a otra página.

"¡Felicidades, Omega Jaemin, alguien ha reservado una cita contigo!" ¿Reservado? ¿cita? ¿alguien quería su atención y servicio?

Río en bajo, incrédulamente, pensando en qué se había metido, hasta que vio la suma de dinero por debajo de aquel mensaje.

─¿¡Quinientos dólares!?, ¿diablos, quién está tan necesitado? ─Se preguntó Jaemin mientras tiraba su pelo recientemente blanco hacía atrás.

El nombre del cliente figuraba como "Lee Jeno", bien, hasta ahora, su nombre era atractivo. Pero, ¿qué tal si estaba mintiendo acerca de su persona? Cualquiera podría engañarlo y secuestrarlo fácilmente. Jaemin no era tonto. Él sabía que debía reunir datos sobre ese tal Lee Jeno.

Hizo click sobre su nombre pintado sobre el mensaje de la app, llevándolo a la página de su perfil.

Sin foto de perfil, sin ningún banner, y mucho menos una descripción.
Se sentía extraño y tonto al haberse metido en eso, claro que había dudado en hacerle caso a su amigo, Jisung, en que si debería o no unirse a aquella página web, y servirle a alguna persona que estuviera pasando por un momento difícil.

Claro que sintió pena por un momento, pero después ese momento fue más que efímero; inexistente. Y en ese mismo momento, en su mente solo habitaba el gran miedo y nervio de encontrar a alguien que no era quién decía ser.

El tacto de sus manos con su laptop se desvaneció, ahora las primeras mencionadas posicionándose en sus muslos, y él empezando a hacer fricción.

Cuando en su mente pasó un fugaz y brilloso meteorito, aterrizó y...

"Iniciar chat privado con Lee Jeno.
              ✔                 ✖"

Lo dudó demasiado, hasta que la culpa de haber ilusionado tontamente a una persona, lo hundió en lo más profundo de un pozo negro.

Tenía todo lo que una persona podía portar al salir en caso de un intento de robo, acoso y entre otras cosas.

Bufó y pensó en que Jisung seguramente se burlaría de él por estar prácticamente tomándose en serio aquel trabajo que empezó como un simple juego, y, además, estaba aceptando una cita con una persona totalmente desconocida para él.

Absolutamente ninguna foto, ningún "Beta, Alfa, Omega, Gamma, Delta". Solo figuraba un nombre, y al lado de él su reservación para una cita. Necesitaba saber más sobre él, para sentirse seguro en lo que posiblemente sí iba a hacer.

«Hola, Jeno. Ya sabrás quién soy... y, uhjwnfneifmwmfuwntk»

Las primeras palabras estaban bien, claro, pero lo que le seguía era una completa tontería.

"Ya sabrás quién soy", ¿qué mierda? No es como si fuera alguien famoso por sus servicios en aquella app, aunque, pensándolo bien, seguramente el tal "Jeno" haya hallado un link en donde se figuraba poca pero la suficiente información para conocer a Jaemin. Él tampoco es como que deseara de alguna manera hacerse el misterioso.

Borró el texto mientras se mordía las paredes de su boca, dañándose sin darse cuenta.
Pensó en como le escribía a su mejor amigo, Jisung. Pero sus esperanzas de escribirle a Jeno como si fuera su amigo, se esfumaron en tal de segundos al él fijarse el chat que mantenía con Park.

«JISUM LEVÁNTATE LOR AVOR NEVESITO Q M ACOMPAÑES A UN LUGSR JISGN😭😭»

Sus ganas de llorar por el total chiste que era aparecieron. Jaemin solo podía emitir sonidos lastimeros que eran más que altos. ¿Cómo podía hablarle a Jeno?

Ya de por sí la situación es inusual. Digo, no es que "comprar" a un omega porque te sientes deprimido y solo sea lo que normalmente pase, y segundo, hablar para acordar algo era aún más extraño, ¡porque se suponía que Jaemin debía negarse a tener una cita con un desconocido! Pero como todo gentil y el ángel que era, decidió aceptar, y de paso pedirle algunas pruebas a Jeno para asegurarse y asistir a la cita sintiéndose seguro.

«Hola Jeno! Soy Jaemin... uh, me gustaría (si no es molestia) que charlaramos un poco más de nosotros antes de tener nuestra cita, ya sabes, para estar más seguros y tener un poco de confianza. ^^»

"Finalmente" Dijo Jaemin, al leer una y otra vez el mensaje que parecía ser el indicado para ser envíado. Decidido a mandarlo a su destino, agarró el mouse y de él sonó un pequeño "click". El mensaje había sido mandado.

Suspiró, frotándose su nuca y desordenando su pelo en el camino, cuestionandose muchas veces si lo que podría llegar a hacer iba a terminar en algo bueno o malo.

Sonrió forzosamente, oculto mis ganas de morir en una sonrisa, dijo su lobo interior, y no pudo evitar reírse del, técnicamente, canino. Vaya que Na Jaemin era un omeguita bastante interesante.

Se tiró completamente boca arriba en su cama, esperando a que sus ojos finalmente se cierren y caiga rendido a los lindos susurros que le propinaba el sueño cada noche.

Sólo debían de verse. Nada malo iba a pasar.

¡omega for sale! nominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora