CAPITULO XIV

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Kiyoomi se encontraba en el patio de los Miya, sentado debajo de la sombra de un árbol y escondido entre varios arbustos, tenía algo entre manos el cual no se podía ver a simple vista, estaba tan concentrado en lo que sea que esté trabajando que no se dió cuenta de una presencia que se acercaba.

— Omi ¿que haces? — cuestionó Atsumu llegando por detrás, sobresaltando al pelinegro

—Que te importa — respondió malhumorado tratando de ocultar lo que tenía entre manos —Vete y no molestes Miya

Y haciendo caso omiso a las peticiones del alfa, Atsumu se adentro más a ese pequeño espacio y se sentó a lado del contrario, rozando un poco sus rodillas.

—Acaso esto es... — miro más detalladamente —¿Una corona de flores? — cuestionó agarrando  el objeto

—No lo toques y dame eso — respondió Kiyoomi quitandoselo de entre las manos

—¡Pero Omi, esto es tan lindo! — exclamó Atsumu emocionado —¡No conocía este lado de tí!

—Callate Miya — respondió Kiyoomi

—¿Desde cuando sabes hacer estas cosas? — cuestionó Atsumu mientras seguía viendo la corona de flores que era una mezcla de muchos colores entre fuertes y suaves

Kiyoomi lo miró un rato, viendo lo cuidadoso que lo volvió a agarrar Atsumu, viendo cada detalle curioso.

—Desde que era niño — respondió mientras se lo quitaba de nuevo y empezaba a trabajar de nuevo —Solia pasar mucho tiempo solo y un día simplemente empecé a hacerlo

—Oh... Es que lo estás haciendo tan perfecto que da miedo — comento Atsumu riendo

—Los años hacen al maestro supongo — fue lo único que respondió Kiyoomi mientras volvía a su trabajo.

Kiyoomi sabía muy bien que por más que le dijera al rubio que se largue, no lo haría, es por eso que decidió seguir trabajando en silencio, aunque a veces lo ponía un poco nervioso como el contrario lo miraba concentrado en lo que hacía.

—¿Para quien se lo estás haciendo? — cuestionó Atsumu de repente

"Soy un idiota, pensará que estoy celoso" – pensó

Kiyoomi lo miró sin responder aún, no entendía porque Atsumu de la nada mostraba tanta atención en lo que él hacía y para quien lo hacía.

—Para Motoya — respondió

Y después reino el silencio de nuevo, no es que Kiyoomi estuviera incómodo, es decir, que en el tiempo que llevaba en Inarizaki se estaba acostumbrando a su presencia a su alrededor, también se estaba acostumbrando a su aroma que aunque lo negara, le agradaba porque a pesar de que muchos lo consideran un aroma muy dulce, para él, es un aroma que por alguna razón siempre lo tranquiliza.

Y así se fue la tarde, con Kiyoomi y Atsumu escondidos entre unos arbustos lejos de todos, Kiyoomi trabajando en terminar una corona de flores para su primo y Atsumu viendo en silencio lo que hacía el contrario, inconscientemente ambos aromas tanto del Omega como del Alfa, estaban mezclándose a su alrededor, canela y miel junto al de maderas y pino, cualquiera que pasará por ahí, quedaría maravillado por la combinación de aquellos aromas que se complementaban entre sí.

—Listo — murmuró Kiyoomi viendo cómo quedó la corona y examinando si no había ningún error —Oye, hay que irn...

En el momento en que Kiyoomi volteo al lugar donde estaba Atsumu, se encontró con la sorpresa de que se encontraba acostado y dormido sobre el césped.

Past Lives:《Destino》||Sakuatsu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora