Capítulo XII: ¡Prepárense! ¡Las Fuerzas Ginyu se acercan!

16.3K 489 265
                                    

¡Ya son más de 37k! Son increíbles, muchísimas gracias a todos ustedes :'D Como saben, me encanta leer sus comentarios (algunos son creepys, pero igual xD) Muchas gracias por todo el apoyo. 

Krillin estaba aterrado pero emocionado al mismo tiempo. Podía sentir la gigante y pesada mano del Gran Patriarca, líder principal de los namekusei, sobre su cabeza. Sentía como si le estuviese traspasando una cálida energía que le llenaba por dentro y, además, como si algo más, algo majestuoso se liberase dentro de él.

Una luz entre dorada y blanquecina lo envolvía, mientras que el silencio era de vez en cuando interrumpido por los roncos tosidos del viejo namekusei. De repente, el Gran Patriarca retiró su mano de la cabeza de Krillin y toda la luz se disipó, pero ese sentimiento de poder no dejaba de hacerse presente.

—¿Q-qué me hizo? —inquirió Krillin en un murmullo, incapaz de pensar con claridad. Sólo se veía sus manos como si estuviesen en llamas, con una cara de la que era imposible identificar sólo un tipo de emoción.

—Nada en especial, simplemente liberé toda o la mayor parte de tu capacidad. Tienes un corazón noble y te podría servir en algún momento.

—Esto... esto es increíble —volvió a murmurar, parpadeaba varias veces, como si intentara despertar de alguna clase de sueño. De repente pareció reaccionar, ya que dio un brinco—. ¡Increíble! ¡Dende, tenemos que decirle a Gohan! Es más, ¡tenemos que traerlo! Él es un saiyajin mestizo, ¡sólo imagina la cantidad de poder que se liberaría en él!

La voz de Krillin rebosaba emoción, y su tono elevado no lo dejaba oculto. 

—Krillin —dijo Dende, con algo de contrariedad en la voz—. ¿Estás seguro de que será una buena idea? Porque... el Gran Patriarca no...

—Dende —interrumpió el Gran Patriarca, reprimiendo un tosido que se había atravesado en su garganta—. El chico tiene razón, hay ciertas... presencias en el planeta que son una gran amenaza. Si podemos tener más gente de nuestro lado y puedo ayudar, lo haré.

Los ojos del pequeño Namekusei que Anon había de alguna forma salvado, Dende, se iluminaron en admiración ante las palabras de su líder.

—Muy bien, señor, como usted diga. Pero yo me quedaré aquí mientras Krillin va a buscar a Gohan, ¿sí?

—Como prefieras —respondió el líder namekusei, sonriéndole al pequeño.

—¡Muy bien! —exclamó Krillin, luego se acercó a la puerta y se volvió—. ¡Iré lo más rápido que pueda! —corrió fuera de la casa redondeada y se encontró con una cálida brisa que soplaba en varias direcciones por alguna razón.

Frunció el ceño, pero no se distrajo mucho tiempo en eso, ya que estaba muy emocionado y se elevó rápidamente, usando casi todo su ki renovado. Pero no había pensado en Anon y Vegeta, ya que probablemente serían capaces de sentir su energía, estaba demasiado emocionado por finalmente poder ser más fuerte.

El corazón de Anon bombeaba con fuerza, sentía como gotitas de sudor minúsculas pero muy molestas corrían libremente por sus sienes. Su mano cayó del botón que había estado a punto de presionar y quedó suspendido a un lado de su cuerpo. Podía sentir esa presencia tan inolvidable detrás de ella, taladrándola con sus fríos y burlescos ojos, esperando cualquier falla, cualquier descuido, para recordarle todo.

Anon tragó en seco, de repente el aire parecía espeso y lo tenía que forzar a entrar a sus pulmones. Se volvió lentamente, intentando verse lo más inescrutable posible, pero su fina capa de sudor era visible bajo las luces del pasillo de la nave. Observó una vez más esos ojos azules como el hielo y esa expresión socarrona que tanto detestaba. Él era la viva imagen de los recuerdos que más deseaba borrar, todos esos días de sufrimiento se reproducían en su mente y no la dejaban pensar con claridad.

Dragon Ball Z: ¡La Saiyajin!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora