Capitulo 22

1.3K 74 18
                                    

Mi corazón late a un ritmo increíblemente rápido y siento un hormigueo en las manos y en las piernas gracias a la adrenalina. Dios. Estar al borde de una maldita barda perimetral es aterrador.

- Vamos, Hardy. - me dice Neal intentando sacarme del shock.

Siento un apretón en mi mano y miro a la razón por la que metí en esto. No lo voy a dejar sólo y menos a permitir que nos atrapen. Me suelta por un momento y comienza a buscar algo entre las ramas del árbol que utilizamos para escalar. Sacudo un poco la cabeza reaccionando por fin.

- Aquí está. - dice aliviado y sacando una cuerda de color negro.

- ¿De dónde demonios sacaste eso? - pregunto confundida.

¡No puede ser posible el idiota sabía lo que podía pasar!

- Vamos ven. - me ordena al lanzar uno de los extremos de la cuerda a la acera y atando el otro a una de las ramas - Baja. -

¿Qué?

- Baja tu primero. Por favor. - le respondo nerviosa y casi en tono de súplica.

Me mira y asiente. Comienza a descender y veo todo como si fuera en cámara lenta a pesar de que todo está ocurriendo tan rápido. Veo el concreto de la acera y siento como el pánico me comienza a invadir. Maldita acrofobia.

- Ven Hardy. Date prisa. - dice apresurándome - Te prometo que no te va a pasar nada. Confía en mí. -

Lo dice demostrando gran sinceridad con sus ojos y eso me basta para dar un respiro profundo y moverme con rapidez, venciendo mi maldito temor. Comienzo el descenso utilizando la soga y pareciera que la distancia hacia el suelo es inmensa. La piel de mis palmas me empiezan a arder por la fricción, pero todo se me olvida cuando siento las manos de Neal alrededor de mi cintura.

En cuanto pongo los pies sobre el cemento comenzamos a correr lo más rápido que me lo permiten mis piernas. Realmente no sé de donde me sale más fuerza de la que usualmente tengo para correr. No puedo creer que esté haciendo esto. El sonido de varios hombres corriendo tras nosotros se escucha y siento mis pulmones arder como nunca antes.

- Por acá. - me dirige Neal y doblamos en una esquina hacia una calle transitada y con varios negocios.

Veo un restaurante con mesas en el exterior y le señalo el lugar a Neal.

- Ahí. - le indico y nos dirigimos al sitio.

Va directo a una mesa y me jala del brazo para que lo siga. Nos sentamos rápidamente y mientras el luce casi recuperado por completo, yo tengo el cabello hecho un desastre, la respiración acelerada y la frecuencia cardiaca por las nubes.

No puedo creer lo que acabo de hacer. Pienso mientras siento la boca seca. Por dios. Comienzo a reír del mismo susto y Neal me mira completamente extrañado.

- ¿Qué sucede? - pregunta confundido.

- ¿Te parece poco? - pregunto incrédula entre risas nerviosas - Nos metimos en una mansión sin ser invitados, nos ocultamos debajo de un escritorio, me hiciste bajar por un árbol desde un segundo piso, corrimos entre rociadores, me hiciste escalar otro árbol y descender de él para cruzar una barda de no se cuántos metros, y todavía preguntas que sucede. - enlisto lo sucedido hablando más rápido de lo usual.

Wow. ¿Yo hice todo eso? Digo en mi mente y colocando una mano sobre mi pecho con rostro asombrado. Siento mi corazón latir apresuradamente bajo mi mano.

- Sí. Acaba de suceder todo eso. - dice Neal como si me leyera la mente.

Es cierto. Acabo de hacer cosas que jamás me había imaginado. Creo que después de todo si existe una parte osada dentro de mí. Comienzo a reír nuevamente.

Master PlanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora