Capítulo 5

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Despierto sobresaltada por el fuerte sonido de mi despertador. Las seis de la mañana marcan los números digitales. Tomo mi móvil de la mesita de noche y me doy cuenta que en realidad son las cinco. Demonios. Definitivamente hoy cambio esa maldita cosa. Resoplo y me quedo observando el techo por unos minutos desde mi cama. Hoy es mi primera operación en el FBI y tal vez la única. Solo espero no hacer el ridículo.

Después de haber soltado un que otro grito en la ducha, al sentir de nuevo el agua fría cayendo sobre mi piel, voy directo a mi armario a tomar un pantalón de mezclilla y una blusa sencilla color amarillo pastel de botones al frente. Viendo nuevamente la ropa dentro de mi armario, decido tomar un saco ligero color azul marino y mis infalibles converse.  Mirando mi rostro al espejo me doy cuenta que la bolsas bajo los ojos han desaparecido por completo. Recojo mi cabello en una coleta como de costumbre y esta vez opto por aplicar un poco de rímel y un labial a penas notorio. Siempre he sido muy práctica al ir al trabajo. No soy de las chicas que se preocupan si salen maquilladas o no. Es más. Soy capaz de cambiar el maquillaje por minutos extra de sueño.

Gracias a la hora extra de tiempo que me proporcionó mi despertador, tengo unos minutos para prepararme un poco de avena y darme cuenta que el idiota de Aaron se bebió todo mi zumo de naranja. Recordatorio: “Hacer que el imbécil de Aaron reponga mi litro de jugo de naranja.”.

Desayunada y a tiempo, tomo mi maletín con mi laptop, mi móvil y mis llaves. Salgo de mi apartamento y bajo las escaleras. Al llegar a la recepción observo a Kevin hablando con los chicos de mantenimiento.

Oh. Solo espero que se solucione el problema de las tuberías. No resistiría otra ducha con agua que parece provenir de un iceberg derritiéndose.

Salgo al parecer sin ser vista por las personas ahí presentes. Entro en mi pequeño auto y antes de encender el motor tomo mi móvil para mandar un mensaje a mi amigo Aaron.

“Idiota. Te bebiste todo mi zumo de naranja. Exijo que hoy traigas un litro a mi apartamento. >.> … Por cierto… Buen día. :)”

Después envío uno a Chlöe.

“Hoy es la primera operación del FBI en la que participo. :S Deséame suerte.”

Comienzo a conducir en dirección al FBI cantando "Moves Like Jagger" de Maroon 5. Eso es lo bueno de ir sola en el coche, puedo cantar sin reventarle los tímpanos a alguien con mi poco agraciada voz. A pesar del tiempo de sobra con el que salí de mi casa, gracias al espantoso tráfico de Manhattan, llego justo a tiempo a las oficinas de White Collar.

Con una taza de humeante café en mano observo desde el pasillo a Neal y a Peter dentro de su oficina. Ambos concertados afinando los últimos detalles para la operación.

– Son un buen equipo. –

Giro un poco la cabeza para encontrarme con Diana con una taza de café en la mano al igual que yo.

– ¿Perdón? – digo con una ligera sonrisa.

– Son un buen equipo. – repite con amabilidad y señalando con la cabeza hacía la oficina de Peter.

– Por lo poco que he visto. Sí. –

– Quién diría que Peter se haría amigo del hombre al que pasó persiguiendo tres años de su vida. – suspira.

Espera… ¿Qué?

Frunciendo ligeramente el ceño y creyendo que tal vez he escuchado mal, pregunto algo divertida.

– ¿Cómo? –

– Así como lo oyes. – dice asintiendo con una sonrisa – Neal fue el criminal al que Peter dedico tres años de su vida a perseguirlo. No descansó hasta atraparlo. –

Master PlanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora