Capítulo 18

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– Bueno. Creo que se solucionó el problema, ¿no? – digo apresuradamente – Yo no tengo alguna objeción a que Neal me cuide. –

Pero qué demonios. ¿Que acabo de decir?

Me ojos se abren como platos y me sonrojo al darme cuenta de lo que acabo de decir.

– Tranquila. – me intenta calmar el doctor colocando una mano sobre mi hombro – Creo que eso es parte de los efectos del fármaco. En ciertos casos las personas piensan en voz alta. –

– Oh. Eso hace aún más incómoda la situación. Acaba de decir que estaba pensando en dejarme cuidar por Neal. –

– Hardy. – nuevamente me habla el médico moviendo su mano en mi hombro – También pudimos escuchar eso. Volviste a pensar en voz alta. –

Me cubro la boca con mi mano mientras el calor se concentra en mi cara. El rostro del consultor de ojos increíblemente azules se ilumina al formarse en él una pequeña sonrisa divertida.

– Creo que deberíamos irnos ya. – digo impaciente por salir de aquí y no hacer más estupideces.

– Sólo ten cuidado al ponerte de pie. –

Me advierte el doctor pero antes de que termine de hablar me pongo de pie de golpe y absolutamente todo me vueltas. No puedo mantener el balance y siento que las piernas se me doblan. Neal y el doctor intentan tomarme de los brazos a tiempo pero termino por caerme.

– Hardy. – exclama Neal preocupado mientras me siento en el suelo a los pies de la cama.

– Dios. ¿Por qué me tienen que suceder este tipo de cosas? – suspiro resignada y con la vista hacia arriba.

– A eso me refería. Puede sentirse mareada. – indica el médico a Neal – Debes de tener cuidado con ella ya que por lo que veo resultó ser susceptible al analgésico. –

– Esta bien doctor. Yo me encargo. –  afirma el consultor de FBI mientras coloca sus brazos alrededor de mi para ayudar a incorporarme.

Después de entrar con ayuda de Neal en la parte trasera del coche de Peter, salimos del hospital. Recuerdo mi móvil y comienzo a buscarlo, pero me da un microinfarto al no encontrarlo en ningún bolsillo de Mi saco.

– Neal, ¿has visto mi celular? –pregunto preocupada.

– No te preocupes. Aquí lo tengo. – responde con tranquilidad y levantando el aparato sobre su hombro para que lo pudiera ver.

Con un suspiro de alivio tomo el móvil de la mano de Neal.

– Una amiga tuya estuvo llamándote varias veces. – dice y la que aparece en mi mente es Chlöe ya que se suponía que iba para verla – Me atreví a contestar. –

– ¿Le dijiste lo que ocurrió? – pregunto impaciente.

– Conociéndola hubiera armado todo un escándalo llamándole a Rachel y Aaron. –

– Por eso la convencí de no hacerlo. Aunque debo de aceptar que fue difícil lograrlo. – dice y me toma por sorpresa.

– Oh. Cierto. Olvidaba que estoy pensando en voz alta. – suspiro.

Peter conduce a través del concurrido tráfico de la ciudad y me quedo observando por la ventana los autos y algunos árboles. Me siento ligera y relajada. No cabe duda que los analgésicos surtieron efecto. Me llama la atención cuando Peter se detiene frente a la mansión de June.

– Pensé que íbamos a mi apartamento. – digo con expresión confundida.

– No creo que esa sea buena idea, Hardy. – me responde Peter – Ahorita tu vida está en riesgo y tienes que estar en un lugar seguro. –

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