Master Plan

Capítulo 10

Peter entra apresurado seguido por Diana y Jones, todos con sus armas desenfundadas.

– ¿Qué diablos sucedió? – pregunta Peter al observar el cuerpo de Garner en el suelo.

– No lo sé Peter. Estoy igual de confundido que ustedes. – responde Neal.

Los agentes bajan sus armas al vernos.

– ¿Están bien? – pregunta Peter consternado.

– Sí. – asiente Neal acercándose un poco a mí – Peter el tirador está inconsciente en la recámara. –

El agente asiente y me hago a un lado para darle acceso a la habitación.

– Diana, pide una ambulancia – ordena Peter al acercarse al cuerpo del asesino – e investiga quién es. Quiero saber cada detalle. –

Diana comienza a hablar por radio y Jones observa con detalle el cuerpo sin vida de Garner. Mi mirada se clava por un instante en ese hombre tirado sobre la alfombra en medio de la sala. Me es casi imposible creer lo que acaba de suceder. Jamás había estado en medio de una situación similar, mucho menos pensarlo.

– Hardy, ¿enserio estas bien? –

La voz y ligero toque de Neal sobre mi brazo me saca de mis pensamientos.

– Ehm... Sí. Solo... impactada. – respondo agitando un poco la cabeza y alejando la mirada de Garner.

– Eres muy valiente. – me dice en un tono sincero que hace que las comisuras de mis labios se eleven un poco.

– Gracias. –

– Está noqueado. – dice Peter refiriéndose al asesino – Fue un golpe muy fuerte. –

– Sí. Fue un golpe muy duro. – responde Neal girándose hacia el hombre en traje – Creo que Hardy es más fuerte de lo que pensamos. –

Peter me observa y en su mirada encuentro asombro, y simplemente me encojo de hombros con una media sonrisa.

– Al menos ahora sabemos lo que pasa si se llega a enfadar. – se mofa Neal.

Ruedo los ojos.

– Bueno. ¿Que querías que hiciera? Creo que dialogar con el sujeto no era una opción, ¿o sí? –

Sonriente me observa.

– Hardy tiene razón. Actuó de manera adecuada. – comenta Peter.

– Lo sé. – asiente su consultor observándome y con una sonrisa llena de orgullo.

En medio de una gran cantidad de agentes federales y policías logramos salir del hotel. Observo como llevan al asesino de Garner en una camilla y como comienza a recobrar el conocimiento. Sigo los pasos de Neal y al caminar justo frente a la ambulancia lo impensable ocurre. Dos disparos resuenan y pegan directo en el interior de la ambulancia. Gritos comienzan a escucharse. Por instinto me tiro al suelo para protegerme, Neal me jala a su lado para cubrirme con su cuerpo. Dios. Esto no puede estar sucediendo.

 – ¡Neal, cubre a Hardy! – ordena Peter.

Gente corriendo por todos lados. La mayoría huyendo del lugar y otros solo cubriéndose. Me refugio entre Neal y el pavimento, mientras me rodea con sus brazos. Puedo sentir la adrenalina correr por mi cuerpo. Maldita sea. ¡Esto es de locos!

Al no escucharse más disparos Neal comienza a aflojar su agarre y levanto la cabeza para ver mi alrededor.

– ¿Pero qué demonios está sucediendo? – escucho a Peter gritar muy molesto y confundido.