Capítulo 24

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- ¿Que yo qué? - exclama Chlöe al otro lado de la línea.

- Si no quieres hacerlo, entiendo perfectamente. - suspiro.

- ¿Qué? Claro que quiero. No pienso desperdiciar una oportunidad para conocer el FBI desde dentro. -

Ruedo los ojos al escuchar su respuesta.

- Relájate Maria Hill. - me burlo.

- Oh. Le quitas lo interesante Hardy. -

Me distrae una carcajada de mi hermano. Miro hacia la puerta abierta de mi habitación y me pregunto, ¿Sobre qué cosas estarán hablando mi hermano y Neal?

- Bueno. ¿Vas a ir o no? - pregunto presionando a mi amiga.

- Tranquila. Ya te dije que sí. - responde confundida por mi repentina urgencia para terminar la llamada - ¿Ahora que te sucede? -

- Lo siento Chlöe. Pero me urge ir a la sala. Alex está hablando con Neal en este momento y no dejan de reír. - explico sin alejar la vista de la entrada de mi recámara.

- Ohhh. - exclama al parecer encontrándole sentido a mi situación - Ahora entiendo. - dice con una pequeña risita burlona.

- Dios. No sé qué pensar. - digo casi frustrada.

- Conociendo a tu hermano, en este momento estas siendo motivo de conversación. - dice burlonamente.

Hago una mueca de desagrado al saber que Chlöe tiene razón. Suspiro y me despido de a mi amiga, quien entre risas me desea suerte con el imprudente de mi hermano.

- No lo puedo creer. -

Escucho decir a Neal divertido mientras salgo de mi habitación rumbo a la sala.

- Así es. De ahí nació el apodo de Bambi. - dice Alex entre risas.

Nooooo. Pienso al llegar a donde se encuentran.

- Alex. - exclamo avergonzada frente a mi hermano.

- ¿Que sucede Hardy? - pregunta reflejando falsa inocencia en su rostro.

Por esas caras que hace es que pudo ganar tantas discusiones que tuvimos de chicos. Por dios. Mi madre la mayoría de veces se creía el cuento del niño bueno.

- No puedo creer que le hayas contado a Neal sobre ese maldito apodo que me pusiste. - resoplo ofendida.

Oh. Dios. Ese estúpido sobrenombre que me ha perseguido desde mi niñez. Cada vez que lo escucho es revivir el momento en que nació. Ese día en que jugando con mi hermano y un par de amigos, mi zapato se atoro en la acera mientras corría, y la velocidad que llevaba me obligó a seguir mi camino... de rodillas. Por dios. No me pude detener hasta estrellarme contra un arbusto. Oh. Aún recuerdo la sensación del concreto desgarrando la tela de mi pantalón y raspando mi delicada piel. Lo peor es que aunado a eso, también recuerdo las carcajadas de todos cuando me levanté llena de pedazos de rama en la cabeza. De esa manera fue que nació el apodo de Bambi, ese cervatillo que se caía a cada rato.

- Tranquila hermanita. - dice con una sonrisa burlona que me gustaría borrar de su rostro - Neal estaba un poco confundido porque te llamé Bambi, así que... - voltea a ver Neal con una mirada cómplice - El preguntó y yo respondí. No creas que fue para avergonzarte Hardy. Fue sólo algo informativo. -

¿Es en serio? Pienso al mirarlo incrédula por sus palabras.

- Alex. Por favor. Sé perfectamente que tú disfrutas avergonzarme frente a las personas. - digo tratando de hablar lo más seria posible.

- Oh. Vamos, Hardy. Tienes que aceptar que es divertido. - responde con una enorme carcajada

- Oh. Si. Muy divertido. - ruedo los ojos - Tan divertido como la vez que se te atoro la cabeza en aquel juego del parque y tuvieron que llamar a los bomberos para poderte liberar. -

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