El hilo rojo de un amor

24 - Perderse..... AMANIM

Los días pasaron, la serie estaba llegando al final de la primera temporada. Hande y Kerem se adoraban, se cuidaban uno al otro. También Hande tenía sus guardianes que la defendían ante cualquier ataque: sus amigas, su familia, algunos compañeros de trabajo y sus FANS, en fin seres que se preocupaban por su tranquilidad y por su felicidad.

El último día de grabación, ellos ya sabían que les esperaba una semana de mucha paz con el encanto de un paisaje romántico y acogedor, en Maldivas.

Hicieron un vivo a modo de cierre de esa etapa, y ahí Kerem sacó a la luz sin explicar demasiado, pero con gestos, caricias y miradas, aquello que tanto desvelaba a los paparazzis, publicaciones de farándula y demás interesados: HANKER era real!!!. Se amaban de verdad, el amor había traspasado las pantallas, la química era pasión.

La noticia fue una bomba para los medios y para quienes descreían de que algo tan hermoso y sincero se habia gestado entre ellos. Los escépticos decían que era solamente continuar publicitando la serie para la próxima temporada, pero muchos comenzaban a aceptar la realidad y a entender que la ficción había perdido ante la evidencia de un amor que los unió desde el primer día.

Unos días atrás, Kerem estaba grabando a Hande mientras la maquillaban y de pronto pronunció una palabra: AMANIM, AMANIM, AMANIM, dijo repitiendo varias veces. Los presentes se quedaron sin saber lo que eso significaba, pero ellos si: era la palabra que los definía como amantes y que no tenía una definición concreta para los demás.

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La publicación de la revista Hello les había regalado un viaje a Maldivas, también lo había hecho en obsequio a Gamze y su familia.

En las historias de IG de Kerem, apareció de pronto y muy temprano a la mañana, un video tomado desde una embarcación que navegaba raudamente por un mar azul e imágenes que asemejaban a una isla, también una leyenda que decía "getting lost" (perderse).

Las fans enloquecieron por averiguar el destino, pero al poco tiempo Hande publicó la imagen del mismo lugar, pero ya en tierra y mostrando la playa y parte de las construcciones típicas del lugar.

La cabaña de Hande y Kerem, estaba en un lugar solitario, querían alejarse de las presiones que habían sufrido últimamente y descansar.

Ese primer día, tuvieron un almuerzo de bienvenida en la cabaña. Sushi, otros bocadillos y frutas variadas, acompañadas de un champagne francés, fue lo que les dieron para esa recepción.

Comieron tranquilos y luego hicieron una siesta. El sol era abrasador, por lo que decidieron bajar a la playa al atardecer.

Estuvieron hablando mucho, buscando una razón para lo que les estaba pasando, sentían que cada día era mayor el amor que los unía. Kerem, más extrovertido, no paraba de decirle frases bellas y acariciarla y besarla con adoración. Hande se iba soltando poco a poco e iba ganando en espontaneidad.

Ese primer día fue encantador, nadie los perseguía, no debían dar explicaciones, era su amor y ellos. Era la primera vez que viajaban solos en plan de vacaciones y querían aprovechar al máximo de esos pocos días. A la tarde, cuando el sol comenzaba a abandonarlos, caminaban abrazados por la playa o se metían en el mar cálido y transparente. Allí jugaban como niños y también se surmegían en su idilio fogoso y que, la paz que los acompañaba, permitía que no tengan reparos en el momento de exteriorizarlo.

Al día siguiente de su estadía, llegaron Gamze, Canner y Mavi. Ellos se instalaron en una cabaña distante, los separaba el mar y una pasarela con bungalows. De todas formas compartían almuerzos, cenas, paseos en bicicleta, incursiones al mar. En algunas ocasiones se quedaron a cuidar a Mavi, mientras Gamze y Canner practicaban buceo.

La noche anterior a la partida, Kerem pidió que le preparan una cena en la playa; sólo alumbrados con velas y las estrellas, tuvieron esa comida romántica, al son de música lenta y a tono con el momento. Nadie lo supo jamás ni lo sabrá, pero en esa noche Hande y Kerem se comprometieron. No usaron símbolos externos, pero si hicieron un pacto de amor eterno. No sabían de dónde venían esa necesidad de estar siempre juntos, pero lo sentían y estuvieron de acuerdo en celebrar su amor.

Estuvieron hasta entrada la noche, luego partieron a su cabaña y se amaron con mucha pasión.

Ya en la madrugada, seguían despiertos, y Kerem dijo susurrante:
- Amanim!!! Eres eso, mi Amanim, tengo que confesarte algo-
-Qué cosa mi Amanim?- preguntó Hande.
-Cada vez se me hace más difícil estar lejos de tí. Necesito tocarte, abrazarte, acariciarte, tomarte de las manos. No puedo explicar que me pasa, pero siento tu aroma, tu perfume, y mi corazón se tranquiliza- le dijo Kerem jugando con el pelo de Hande y a la vez besando su cuello.
- Siento lo mismo, mi amor. No se qué hacer cuando no estás. Necesito tu piel, tus manos, tu mirada, tus caricias, tus besos, tu voz me tranquiliza- dijo Hande suspirando y besando la barbilla de Kerem.

Así se fundieron en un beso interminable, al que siguieron con caricias profundas que dieron lugar a que sus cuerpos se unan una vez más con un placer inmenso. Se durmieron así y a la mañana temprano los vinieron a buscar para trasladarlos al aeropuerto y de allí viajar a Estambul.

Las stories de IG fueron las primeras imágenes de ellos dos que se hicieron juntos. Ya no se ocultaban, ellos eran dueños de su amor y nadie podía reprochar nada.

Llegaron a su casa y cada uno se dedicó a lo que tenían programado. Pronto reiniciarían las grabaciones y Kerem debían atender otra serie que se transmitía por canales privados y llevaba dos o tres temporadas.

La prensa sensacionalista buscaba mil explicaciones para lo que había ocurrido en ese corto viaje, incluso llegó a decir que todo era para hacer publicidad al resort que los alojó. Esto sólo despertó sonrisas en Hande y Kerem, que ya no se preocuparon por contestar.

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+++ Esto es ficción, cualquier semejanza con la realidad es pura casualidad.
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