[En proceso lento]
Joey era un chico bastante, digamos, problemático. Se metía en muchas peleas.
Janneth era bastante tranquila.
Joey era demasiado cuidadoso.
Janneth era una torpe.
Joey te dejaba riendo de la estupidez que decía o pensando.
Janne...
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Tres horas antes.
El día paso aburrido, como siempre, al menos tenía a Mack y a el grupo. Mi círculo social creció, eso me ha gustado la verdad.
Salimos de clase y veo a Lydia con Loxen.
Se gira para mirarme, sabe perfectamente desde donde le estoy mirando y asiente.
Esta lista, pero tengo miedo.
Me pidió que no le ayudará ni nada y yo acepté porque no quería enfadarme con ella otra vez.
Di un paso adelante para ir con ella pero Mack me lo impidió agarrando el asa de mi mochila y tirándome hacia atrás.
— No.
Esa palabra fue directa, amenazante, una prohibición de que como me moviera se enfadarían los dos conmigo y una obligación de quedarme quieta.
Le hice caso y me eché atrás al lado de Joey, quien esta mirando mal a Mack.
Me coge de la mano y empieza a acariciarme, deja un beso en mi cabeza.
No digo nada, solo dejo que lo haga y cuando acaba me voy atrás lentamente y nos fuimos.
Cosa que no debí hacer.
No debí dejarla sola.
Esto es mí culpa.
Debí insistir en ir con ella aunque se enfadase y no me hablase más. Pero no estaría sola.
Actualidad
Una de las decisiones más difíciles de la vida es elegir si tienes que alejarte o vale la pena intentarlo un poco más.
Ella, Lydia, eligió alejarse.
Alejarse del mal que tenía en su vida. Por fin abrió los ojos. Por fin se dió cuenta.
Y le he fallado.
Le he fallado como nunca.
Ahora mismo, pienso en que hubiera pasado si Mack no me hubiera parado. En qué hubiera pasado si no hubiera aceptado ayer en dejarla sola con ese descerebrado.
¿Qué hubiera pasado?
Bueno, pues simplemente, ahora mismo no estaría aquí.
El Hospital.
No me gusta este sitio. Me trae malos recuerdos.
Entramos por la puerta.
Está la familia de ella a mí lado, la madre llora y el padre la consuela.
