★Veintidós★

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— tú decisión —

Después de que John se fuera estuvimos hablando de música y pintura

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Después de que John se fuera estuvimos hablando de música y pintura.

Sí. La gente normal tiene charlas sobre la escuela, los deportes, temas actuales que salen por la tele, cotilleos y de más.

Nosotros sobre música, pintura, libros y ropa. Porque como dije antes la gente normal no habla de estas cosas.

No, no somos normales. Somos un grupo con gente rara y gustos raros, y me gusta eso aunque me miren mal por todo. Mientras ellos no lo hagan bien.

Estuvimos hablando por horas hasta que la puerta de casa se abrió, se escucharon dos voces.

— Gracias por dejarme quedar a comer. A veces mis padres se ponen insoportables como en la mañana. —dice la voz de una niña.

— No te preocupes Kate.

Me aclaro la garganta y parecen notarnos.

— ¿Qué tal el instituto chicos? —pregunta Mack y le miro—. ¿Qué? Siempre quise hacer esa pregunta.

— Madre mía. ¿Qué queréis comer? No hemos hecho nada.

Ansel mira a Kate y ella se encoje de hombros. Entonces mi enano se va a la cocina agarra algo y vuelve donde nosotros y me extiende un folleto.

— ¿Os apetece comida china?

Todos asienten y nos ponemos a elegir lo que comeremos una vez lo tenemos todo llamo al restaurante.

— ¿Siempre coméis comida así? —pregunta Kate a Ansel.

— Cuando no están nuestros padres, si —le respondo yo.

— Oh, que guay.

Bryce viene hacía mí y me susurra:

— No seas así. Parece buena chica.

— No me da buenas vibras.

— A ti nadie te da buenas vibras.

— Y siempre acierto, recuerda está conversación.

Se separa y me siento con Mack. Joey esta hablando por teléfono con alguien.

Mack me coge de las piernas, las pone encima de las suyas y empieza hacer círculos con su dedo índice.

— Me haces cosquillas.

— Ese es el propósito —mira mis piernas y se muerde el labio—. ¿Y estas piernitas son mías? Qué suerte.

Me río. De momento no son de nadie, más adelante puede que sean suyas. Más adelante puede que yo sea suya y él puede que sea solo mío ¿verdad?

Esta concentrado en hacerme cosquillas que hasta me da ternura. Pasa su palma por toda mi pierna hasta llegar al muslo y me mira.

Me mira con perversión, diversión y ganas de pasar el límite.

Tú, yo y las estrellas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora