|Capítulo 2|

7.9K 651 3
                                    

Nuestros amigos más cercanos ni si quiera sabían la noticia, me dijo que quería aguardar la llegada de nuestros resultados y las vacaciones para así poder gritar a los cuatro vientos que pronto nos casaremos.

Eso de aguardar hasta nuestros resultados no se me hacía del todo favorecedor, pero si así lo deseaba cumpliría con su petición.

Ya pasados unos días volví a encontrarme con Draco.

Lo volvían a fastidiar, repetí lo de la otra vez, lo defendí, solo que algo cambio ese día. No sólo me dio las gracias, también me dio una extraña petición.

Así fue como comenzó una buena amistad entre ambos, cuando él mi pidió que ambos salgamos un día. Y eso se repitió un montón de veces, hasta que una mañana sentí un terrible ardor por la parte baja en la espalda.

Trate de no gritar poniendo una almohada sobre mi boca, era estresante y a la vez desesperante.

Cuando me levante con las pocas fuerzas que me quedaban, vi en un espejo de cuerpo entero, mi mayor orgullo. Que irónicamente se volvió mi peor pesadilla.

Era una hermosa flor, con trazos un poco desiguales, como una henredadera horizontal.

- Si Ginny es mi destinada seguro que en este momento debe estar como yo.

Sonreí sin ganas y regrese a mi cama, mañana la iría a visitar. Vaya, esto si que dolía como la mierda.

Aunque la vida suele ser cruel en ciertos casos, al despertar después de dos días, cuando por fin darían las pruebas, busco a Ginny con las ganas a flor de piel. La emoción le ganaba, no la encontró. Así que supuso que todavía se encontraba mal, como sea. La felicidad no podía ser arrebatada tan sencillamente.

A las distancia noto como el rubio que ahora es su amigo, estaba siendo ayudado por aquellos chicos que antes se dedicaban a hacerle bullying a él y a sus mejores amigos.

Se acercó lentamente, hasta que noto que el estaba con un gran dificultad al caminar, vaya se ve herido. Eso o el también ya encontró a su alma gemela.

Sonrió con falsedad, honestamente su mente con solo imaginar al rubio con alguien más lo volvía loco. Suspiro frustrado y removió la cabeza, que estupideces pensaba.

- Te voy a extrañar demasiado, tonto.

Vio una genuina y muy gran sonrisa adornada en su rostro, estaba tan orgulloso y a la vez tan triste. Al parecer se despedía de alguien, se asomó más para poder bien de quien se trataba. Theodore Nott.

Sobresaliente en los estudios, pero para nada en la vida social. Parpadeó repetidas veces, por lo que sabía el ya no estaba en Hogwarts. Un momento. ¿Que tenía en las manos?

Esa era su capa de invisibilidad, así que por eso no la encontró. ¡Ajá!

Lo vio enojado, aunque sabía que ni se inmutó a darse cuenta.

Pero lo que más lo fastidio fue cuando abrazo al rubio de forma tan cariñosa, aunque tratando de no ser tan brusco. Le dio un beso en la coronilla y se retiro a quien sabe dónde con su capa de invisibilidad.

- Oh, Draco. Seguro que ese idiota pronto aparece.

Vio como se sonrojo por eso y después respondió abochornado.

- Ya vete, Theo.

Se escuchó un pequeña risa, sus acompañantes lo vieron cómplices y con sonrisas pícaras.

- A veces creo que Theo y tu hacen buena pareja.

Noto como el se quedó helado, volteo de forma tétrica.

- Cierra la boca, Parkinson.

Y procedió a darle un golpe. Bueno, Harry no tenía nada que hacer ahí, luego le preguntaría por si encontró a su alma gemela o simplemente se hizo daño.

Pero ahora era momento de ir por sus resultados. Sabía que todos irían.

 Sabía que todos irían

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ROJO COMO UN HILO [en correción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora