ROJO COMO UN HILO [en correción]

|Capítulo 4|

- Era de esperarse, los resultados no cambian de la noche a la mañana.

Se veía melancólico, hace ya un buen tiempo sabía que es un Omega y aunque al principio no le agrado para nada, ahora era peor.

- Oh vamos, no te sientas tan mal. No es la peor mierda que te pueda suceder.

Él los vio burlón a ambos.

- Lo dicen por qué los tres, incluido Theo, son alfas.

Ellos se rieron.

- Tampoco es como que ser Omega sea el fin del mundo.

Rodaron los ojos con diversión y vieron a la mesa de en frente.

- Saben, lo he estado pensando. Creo que el Weasley es lindo.

Sus amigos lo vieron fijamente, Blaise no tenía vergüenza para decir lo que creía.

- Pues tristemente no podrás estar con él, después de todo ya esta con Granger.

El moreno lo vio desafiante.

- Igual, algo me dice que ambos estaremos juntos. No me voy a rendir jamás.

Draco y Pansy solo rodaron los ojos e ignoraron sus, poco interesantes, palabras.

- Oye. ¿Y te sigue doliendo?

Pregunto está vez la pelinegra al rubio.

- Ya no tanto como ayer.

Contestó Draco.

- Bien, por qué no te ayudaré.

Y así le saco la lengua de forma infantil, acción imitada por Draco.

- Que infantiles.

Ambos voltearon a verlo con gran obviedad.

- ¿Que?

Y hecharon a reír nuevamente.

Esto es imposible. El hecho de que Hermione sea una beta era lo peor que podía suceder.

Sentía como su corazón se estrujaba, el llanto ganó y no podía con más. Demasiadas emociones le causaban un daño irreparable.

- Lo siento tanto Ron.

Estaba tan triste que solo se dedicó a pedirle perdón.

No podían estar juntos, pues él era un Omega. Y ya tenía un destinado.

- No, Herm. Tú no tienes la culpa, todo está bien. Te amo linda, todo mejorará.

No era cierto, si es que no querían perecer en el olvido ambos debían separarse. Harry los vio con gran dolor, Ginny estaba igual.

- Nos vamos a casar Ginny, me importa un carajo eso de los destinados.

La castaña volteo a ver a su mejor amigo, se veía determinado en cada palabra.

- Harry no, te harás daño. Y no solo a ti, también a tu destinado.

El volteó a verlos, tenía razón. Pero era demasiado orgulloso como para admitirlo.

- Pues saben que; no importa. Yo estaré con quién desee.

Y así volvimos a lo de hace un rato.

Para no hacerles más larga la historia; tiempo después de declarar que estaría con Ginny, descubrió por error la marca que Draco también tenía en la espalda.

Se puso histérico y se lo llevó de ahí sin compasión, una vez en el ministerio pidió que revisaran lo poco creíble que era. Iba a durar un tiempo, así que simplemente como sus amigos no pudieron calmar al azabache, se dedicaron a cuidar de Draco.

Así fue como empezó su pequeña amistad, donde Ron, quiera o no, le había agarrado cariño al rubio.

- No, olvídalo Harry. Contáctanos cuando dejes de ser un idiota.

Y se fueron, todos. Pero al menos le quedaba Ginny, la boda sería dentro de poco. No había por qué preocuparse. ¿Verdad?