Mérope Malfoy es una orgullosa Hufflepuff, no tenia las mismas creencias que su familia, era alegre y extrovertida. Además que daba su opinión sin importarle el que dirán.
Ahora que esta a punto de iniciar su cuarto curso en Hogwarts, Mérope se dar...
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CAPITULO VEINTIDOS | DOLORES UMBRIDGE
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MEROPE MIRABA CON CONFUSION A UNA MUJER QUE SE ENCONTRABA SENTADA EN LA MESA DE PROFESORES. Aquella mujer traía puesta una túnica totalmente rosa, y que aunque a la chica Malfoy le gustaba ese color, no era fan de usarlo de una manera exagerada.
Conocía a la mujer, claro que lo hacia.
Era Dolores Umbridge, las pocas veces que había acompañado a su padre al Ministerio cuando era mas pequeña la había visto, y la tenia que saludar si no quería quedar como una mal educada.
Dumbledore se puso de pie y empezó a darle la bienvenida a todos los nuevos alumnos, explico la sustitución de Hagrid por la profesora Grybbly-Plank en Cuidado de Criaturas Mágicas. Asi como también la de Dolores Umbridge como la nueva profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras. Mientras que el director anunciaba las pruebas para los equipos de Quidditch se escucho a alguien aclarándose la garganta, para darle cuenta que fue la nueva profesora quien había interrumpido a Dumbledore.
Mérope y Susan intercambiaron una con Evan a pesar de encontrarse en diferentes mesas, los tres pensaban lo mismo: estaba claro que esa mujer no tenia ni idea de como funcionaban las cosas en Hogwarts.
—Gracias, señor director. Por esas amables palabras de bienvenida—dijo con una voz chillona mientras mantenía una tonta sonrisa en su rostro—¡Bueno, en primer lugar me alegro de estar aquí en Hogwarts¡ ¡Y de ver tantas caritas felices que me miran!
Nadie estaba sonriendo, ni siquiera Mérope, y eso que la chica Malfoy sonreía por casi todo.
—¡Estoy impaciente por conocerlos a todos, y estoy segura que seremos muy buenos amigos!
La rubia intercambio nuevamente una mirada con sus dos amigos pelirrojos, mientras los tres presionaban sus labios intentando no reír.
—El Ministerio de magia siempre ha considerado de brutal importancia la educación de los jóvenes magos y las jóvenes brujas—hablo con un tono mas serio—Los excepcionales dones con los que nacieron podrían quedar reducidos a nada si no se cultivaran y desarrollaran mediante una cuidadosa instrucción. Las ancestrales habilidades de la comunidad mágica deben ser transmitidas de generación en generación para que no pierdan para siempre.
» El tesoro escondido del saber mágico acumulado por nuestros antepasados debe ser conservado, reabastecido y pulido por aquellos que han sido llamados a la noble profesión de la docencia.
—El Ministerio esta interfiriendo en Hogwarts—murmuró Mérope.
—Mi tía trabajaba en el Ministerio de magia—comento Susan, igualmente en susurro—Es jefa del departamento de aplicación de la ley mágica—miro a su mejor amiga—Si es cierto de que el Ministerio esta interfiriendo en Hogwarts, entonces... ¿Qué hacemos?
La rubia suspiro.—El Ministerio no cree en el regreso de quien-tu-sabes, lo mas probable es que no quieran que aprendamos a defendernos, tienen miedo a que formemos grupo o algo por el estilo.
Susan la mira confundida.—¿Qué sugieres?
Mérope sonrió levemente.—Si tratan de interferir en nuestros estudios, entonces... aprenderemos a defendernos por nuestra propia cuenta.
