Mérope Malfoy es una orgullosa Hufflepuff, no tenia las mismas creencias que su familia, era alegre y extrovertida. Además que daba su opinión sin importarle el que dirán.
Ahora que esta a punto de iniciar su cuarto curso en Hogwarts, Mérope se dar...
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CAPITULO DIEZ | REVELACIONES
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EVAN NO SE PRESENTO ESA TARDE EN LA BIBLIOTECA. Méropelo había esperado a la hora acordada, sin embargo, el chico Potter nunca llego. Tampoco se presento en la cena al igual que Harry, Ron y Hermione. Y la rubia no pudo evitar preocuparse.
Mérope fue hasta la torre de Gryffindor para preguntar por ellos y la dama gorda le comento que el cuarteto había salido desde el atardecer para visitar a Hagrid, pero hasta el momento no habían regresado.
Al día siguiente los estudiantes tenían que abordar el tren para regresar a casa, pues el ciclo escolar había finalizado. La chica Malfoy salió de su sala común y se dirigió decidida hacia el gran comedor, con la esperanza de encontrar a su amigo y asegurarse que estuviera bien. Durante el camino noto que muchos alumnos se encontraban susurrando sobre algo que ocurrió la noche anterior, sin embargo no le presto atención.
—¡Evan!—chillo cuando reconoció una cabellera pelirroja, no espero ni un segundo mas cuando lo rodeo con sus brazos, abrazándolo—Me tenias muy preocupada.
—Tranquila, estoy bien—soltó una risita.
—¿Dónde estabas ayer?, no te presentaste en la cena y la dama gorda me dijo que salieron a visitar a Hagrid.
—Si, sobre eso...—se rasco la nuca—Creo que hay algo importante que tienes que saber.
Mérope frunció el ceño, confundida.—¿Algo import...—
—Señorita Malfoy el director Dumbledore la necesita en su oficina—el dúo de amigos se dio vuelta para notar a la profesora McGonagall.
—¿El director Dumbledore?, ¿Hice algo malo?
—No hay de que preocuparse Mérope, acompáñame.
La chica Malfoy miro con duda a Evan, el pelirrojo le hizo un gesto el cual fue suficiente para que empezara a seguir a la profesora, durante todo el trayecto permaneció callada, cuando llegaron al despacho la profesora McGonagall le dedico leve mirada que Mérope no supo identificar que significaba, para que después la mujer abriera la puerta.
En el despacho como era de esperarse se encontraba Dumbledore, sin embargo, no estaba solo, un hombre alto se encontraba hablando con el.
—Gracias Minerva, puedes retirarte—hablo el director—Mérope, toma asiento.
En lo que la profesora McGonagall salía del despacho la rubia se dedico a observar al segundo hombre que se encontraba en esa habitación, el cual le dedico una amplia sonrisa en cuanto sus miradas se conectaron, provocando que Mérope frunciera el ceño confundida cuando noto que los ojos del hombre empezaban a cristalizarse.
