Era una mañana húmeda en aquel lejano pueblo de la remota China, cuando tímidos rayos de sol lograban abrirse paso entre el manto de nubes, anunciando con su llegada el despertar del día. Con esta tenue iluminación, los comerciantes comenzaban a preparar sus puestos; telas, calzado, utensilios y, en su mayoría, los abundantes alimentos para el consumo diario
En medio del incipiente mercado, donde apenas unas cuantas personas madrugadoras empezaban a congregarse, destacaba una peculiar pareja, conocida por todos en el lugar. Sun Wukong, el sabio tan grande como el cielo, también conocido como el Rey Mono, caminaba con gesto adormilado, soltando bostezos sonoros mientras que uno de sus fornidos brazos sostenía una canasta. A su lado, una joven de cabellera rizada, piel oscura como la noche y labios pronunciados, de ojos grandes como granos de café, responde al nombre de Ashia, avanzaba con entusiasmo y mayor energía entre los puestos de la calle, dispuesta a hacer sus acostumbradas compras semanales.
—¿Por qué debemos venir tan temprano? —se quejó en voz alta Wukong, incapaz de ocultar su descontento cuando algo no era de su agrado.
—Es el mejor momento para hacer las compras —respondió Ashia con una sonrisa orgullosa, antes de detenerse frente a un puesto de frutas y verduras—. No hay mucha gente saturando las calles y podemos elegir lo mejor.
—Tan temprano que ni siquiera la vieja de la señora Yi ha abierto su puesto de huevos —se quejó el mono, observando la ausencia de la venerable anciana.
—Oye, no seas grosero. No puedes llamarla así —lo reprendió Ashia, depositando con cuidado unas cuantas verduras en la canasta que Wukong portaba—. Además, si ibas a quejarte tanto, bien pudiste haberte quedado en casa, ¿no lo crees?
Wukong se limitó a resoplar en respuesta, sin atreverse a entrar en una discusión con su pareja. Recordaba los inicios de su relación, cuando solía responderle de mala manera o menospreciarla. Pero se había prometido a sí mismo valorar más a su novia y ser menos molesto. Con el tiempo, simplemente resoplaba y escuchaba lo que Ashia decía, pues su relación había mejorado notablemente desde entonces.
Algo aburrido por tener que acompañarla en las compras, Wukong decidió robar un durazno de un puesto cercano para comerlo, no sin ganarse una mirada de reproche por parte de su novia.
En un intento por distraerse del aburrimiento, Wukong se dedicó a observar a los transeúntes que poco a poco comenzaban a aparecer en el pequeño mercado. Pero mientras más miraba, más abrumado solía sentirse. Contempló a los civiles con minucioso detalle, reparando en sus ropas holgadas y poco abrigadas, en las cosas que estaban adquiriendo, en las esporádicas discusiones sobre los precios, cualquier cosa que les sirviera de escape a la monotonía.
Entonces, su mirada volvió a posarse en su novia, y no pudo evitar notar la marcada diferencia en comparación al resto. No solo destacaba su raza, algo poco común en aquellos años en China, sino también su forma de vestir. Múltiples capas de tela la envolvían, ocultando su figura, en colores apagados y poco llamativos, incluyendo un sari que cubría su cabellera. Sus rizados cabellos estaban recogidos en una larga trenza, dejando caer solo unos pocos mechones que Ashia solía acomodar detrás de su oreja con un sutil gesto de su mano.
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Lovely [Sun Wukong X Oc]
FanficOne-Shots, headcanons, situaciones y demas escenarios con el rey mono Sun Wukong y mi personaje original Ashia.