⛓️ Papá sin mamá⛓️

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Era común que Wukong cuidara de su hijo mientras que Ashia trabajaba durante el día, siendo así que Wukong se había convertido en un "amo de casa" cuidando de su cría y encargándose de la limpieza y comida de su hogar.

Al principio no le gustaba mucho aquello, ya que decía que él debía de ser el "hombre alfa y macho de la casa" pero al instante se comió sus propias palabras cuando... —Oh, ¿Así que vas a tener un trabajo con un sueldo fijo, con seguro y prestaciones de 8 horas al día fuera de casa y sin ser el trabajo de sicario?—. Y como siempre, Ashia tenía la razón y la última palabra.

El viejo mono suspiro, sentado en el sofá después de limpiar toda la casa mirando como su monito de rizos y pelo castaño con un mechón blanco estaba sentado en una manta en el suelo, rodeado de múltiples juguetes acordé a su edad y jugando tranquilo.

—¡Bah!— exclamó el bebé, llamando la atención de su padre quien lo miro en silencio un momento.

—¿Qué quieres, bola de pelos?— pregunto el adulto albino, mirando como el bebé miraba entre sus juguetes.

El pequeño monito que usaba solo un pañal, miro a su alrededor en búsqueda de su juguete favorito, un cubo transparente con múltiples pelotitas dentro; prácticamente una sonaja.

—¡Bah, bah!— decía el bebé, con el juguete en una mano y gateando hacia los pies de su padre, mientras le extendía el juguete a Wukong.

—Niño, no otra vez...— bufó el adulto tomando el juguete con una de sus manos.

Y como sj fuera rutina, empezó el juego del bebé, el cual consistía en tomar todos sus juguetes, uno a uno para llevarlos a su padre y que él los tomará uno a uno. Wukong ni Ashia entendían porque su hijo hacia eso pero siempre era gracioso para la madre negra al ver que solo hacia eso con Wukong.

—Deja de hacer eso o me quedaré con tus juguetes, mocoso— advirtió Wukong, mirando como el sillón ahora estaba lleno de juguetes y las risas de su bebé se hicieron presentes.— Ahora tengo que limpiar esto...

Wukong se puso se pie, yendo por la caja de juguetes del monito para empezar a guardarlos y que no estuvieran tirados por ahí. Una vez termino la limpieza de las pertenencias del bebé, dejo la gran caja junto al sillón con flojera de llevarla a la habitación del bebé denuevo.

—Bien, pequeña bola de pelos, es hora de tu sies...— el mono albino detuvo sus palabras al momento de que miro como su hijo ya no estaba en el suelo... O algún lugar cercano.— ehh... Niño, ¿Donde estas?...

Wukong claramente no era el padre más amoroso o el que demostraba su amor a su hijo, pero claramente se preocupaba por cada pequeña cosa que le pasará, y que ahora mismo desapareciera de su hogar, que era gigante y su garaje estaba lleno de motocicletas, vehículos peligrosos y armas celestiales... Obviamente se sacaría de sus casillas.

—Quien me mandó a ser padre, claramente tendría mis genes rebeldes y antisistemas— bufó molesto el simio, recordando como era en su adolescencia y que posiblemente su hijo sería igual a él.

Ahora debía de descubrir donde se había metido su hijo, quien posiblemente sería la nueva gran pesadilla de los dioses y del mismo cielo... Al igual que él.

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Eran las 8 de la noche cuando cuando Ashia llegó, dejando su abrigo y bolso en la entrada.

—¡Ya estoy en casa, monitos!— decía la chica de rizos con una sonrisa, alzando su voz esperando que alguien la recibiera.

—¡Ashia!— exclamó el mono albino apareciendo al instante, sorprendiendo a la joven madre.— ¡Tener un hijo es culpa tuya!

Ashia al instante soltó una carcajada, mirando como el pelo revoltoso de Wukong estaba más revuelto, su vaya dorada cara estaba sucia, además de que tenía una cangurera en su pecho donde estaba el monito de color riendo. Wukong parecía hecho un desastre.

—¿Ahora que hizo nuestro pequeño demonio?— pregunto la chica tomando al bebé en sus brazos, quien parecía emocionado de verla.

—¡Tú bebé!— exclamó, como si no fuera su hijo aunque Ashia sabía que estaba estresado y hablaba así.— ¡D-Desaparecio por dos horas! Estuve recorriendo la casa por todas partes, ¡Para ver qué estaba gateando en el techo! Si no lo hubiera visto se hubiera caído a unos 20 metros de altura— se quejó el padre, haciendo reír a la madre otra vez.

—perdonalo, ¿Puedes regañar a una carita así?— pregunto la madre con inocencia, mirando la carita de su pequeño hijo quien tenía una sonrisa en su rostro con su pequeña lengüita de fuera.

—... Por buda, ustedes son de lo peor— se quejó, cruzándose de brazos molesto.

—Perdon amor, se que fue idea mía tener un hijo pero mira, te ama mucho y es idéntico a ti

—yo no soy neg...— se calló al instante que recibió una mirada molesta de su esposa.—... no tengo el pelo rizado— río nervioso evitando el tema.

—¡Bah, bah!— exclamó el bebé al instante, moviendo sus manitas hacia Wukong esperando que lo cargará una vez más.

Wukong suspiro, tomando al niño de casi un año de edad en brazos mientras que Ashia iba a la cocina para ayudar con la cena. El padre suspiro molesto, bajando su mirada hacia su hijo y al instante cambiando su mirada de molestia y fastidio a una tierna, admirando las pequeñas facciones del monito. Tenía una nariz redonda, junto a unos ojos oscuros como su madre, su piel morena parecida a la de Wukong y su pelaje castaño y rizado era algo que pocas veces había visto en un mono.

El padre no dijo nada, sintiendo como la colita de su hijo se enredaba en su brazo mientras que empezaba a ronronear con ternura al estar cerca de su padre gruñón. Wukong suspiro, acariciando su pequeña cabecita con su otra mano.

—Tienes suerte de que te amo, pequeño mocoso...

El joven albino tomo una de las piernas de su hijo, colgándolo de cabeza y haciendo reír al monito al igual que causó una sonrisa orgullosa en Wukong mientras caminaba hacia la cocina.

—Oye, amor, ¿Qué tal si cocinamos un mono para cenar?— decía con burla mientras mantenía a su hijo cargado de cabeza.

—¡Wukong, que ni se te ocurra!

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Lovely [Sun Wukong X Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora