🎴Pocion🎴

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—¡Vuelve aquí, maldito engendró! — rugió el mono con colera, impulsándose por los muebles del templo siguiendo a un demonio.

—¡Wukong, ya es suficiente! ¡Vuelve aquí! —exclamó el monje, desesperado al perder de vista a su compañero.

Hacía apenas un día que aquel grupo de peregrinos había llegado al templo, creyendo encontrar refugio y sustento bajo la amable guía de un supuesto monje. Todo parecía estar en calma hasta que Wukong comenzó a percibir las señales de engaño en la excesiva amabilidad de los sirvientes y habitantes del lugar, quienes ofrecían riquezas y regalos que amenazaban con desviar su sagrado viaje. Bajie, Wujing y Ashia sucumbieron rápidamente a la hipnosis de los obsequios y las riquezas, mientras Tang, con amabilidad, se negaba a dejarse seducir por ellos. Pero Wukong no tardó en comprender que estaban enfrentando a un demonio, cuando la duda sembrada en su mente le reveló la verdadera naturaleza de aquel engaño.

Sin vacilar, Wukong se lanzó al ataque, desvelando la forma maligna del demonio, cuyos poderes de ilusión eran utilizados para atraer a sus víctimas y alimentarse de su energía vital. La alegría que había invadido a sus amigos con los regalos y servicios se desvaneció ante la terrible realidad de que sus vidas se consumían lentamente. Wukong no podía ocultar su frustración al presenciar cómo los múltiples presentes y atenciones se convertían en una sentencia de muerte para aquellos que tanto apreciaba.

—¡Maldito cobarde, aparece de una vez! ¡Cómo te atreves a arrebatarles la vida a mis amigos y esconderte como un miserable gusano! —gritó furioso en medio del abandonado templo, que antes había sido un escenario de ilusiones pintorescas y hermosas.

Algunos sonidos captaron su atención, haciendo que girara el rostro y aguzara sus orejas hacia el origen del ruido desconocido. Aprovechando ese breve descuido del mono, el demonio lanzó una botella con un líquido misterioso.

Wukong soltó un grito de ira al sentir cómo la botella impactaba en su nuca, estallando y dejando que el frío líquido se deslizara por su espalda. Emitió un gruñido casi inaudible ante la sensación, sin percatarse de cómo sus ojos parecieron brillar fugazmente.

El demonio soltó una risa despectiva, provocando la furia absoluta del mono, quien se lanzó al ataque sin pensarlo dos veces. La pelea no fue demasiado difícil, ya que la amenaza intentó huir y, con unos cuantos contundentes golpes, terminó en el suelo, aplastado bajo el bastón del gran sabio.

—¡Wukong! ¡No lo mates! —exclamó Tang, llegando a escena con el aliento entrecortado después de perseguir a su discípulo.

—¡Hermano mayor! ¿Estás bien? —dijo rápidamente Wujing, siendo el segundo en llegar.

—Este idiota merece morir, estaba consumiendo la vida de todos con sus miserables regalos —respondió Wukong, irritado.

—¿Ese es el demonio? —preguntó Wujing, confundido, mientras observaba al demonio atrapado bajo el bastón de su hermano mono.

El demonio era diminuto, incluso parecía caber en un bolsillo, no imponía ningún temor. El pequeño ser chillaba y se retorcía, intentando escapar en vano.

—¡Wukong, no lo hagas! ¡Todas las vidas merecen una segunda oportunidad!

Antes de que el monje pudiera continuar, Wukong aplastó al demonio, reduciéndolo a polvo. Una sonrisa ligeramente arrogante se formó en sus labios, revelando uno de sus colmillos.

—Vámonos, esa cosa me lanzó un frasco raro y necesito bañarme —murmuró con indiferencia, apartando al monje y a Wujing.

Caminaron a través del gigantesco templo en busca de Bajie y Ashia, mientras el monje Tang regañaba a Wukong y Wujing caminaba nervioso a su lado. Sin embargo, Wukong no lograba concentrarse realmente en las palabras de su maestro y hermano. Un extraño zumbido resonaba en su cabeza y sentía una incómoda picazón en la nuca. Pensó que tal vez era una pequeña herida causada por la botella rota.

Lovely [Sun Wukong X Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora