04 | CHICA EN NUEVA ORLEANS

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—A lo largo de mi vida me he cruzado con muchos que presumen de poder hablar del bien y del mal. Dos términos que no significan nada. La gente hace lo que más le conviene, sin importar quien resulte herido. ¿Acaso es malo coger lo que uno quiere para saciar su hambre, pese a causar de ello algún sufrimiento? Lo que algunos llaman maldad, para mí no es más que la respuesta apropiada de un mundo injusto y cruel.

Dejé de escuchar a Klaus, y salí al patio trasero a entrenar.

No me hacía demasiada ilusión que Klaus metiese a Cami en este mundo, ya era suficiente que la rubia estuviese en la mente de Marcel, para que ahora esté en la de Klaus.

Miré al frente, donde Klaus había colocado algunas dianas para que yo pudiese entrenar, y agarré fuertemente los cuchillos. Lancé uno, y dio en el centro. Lancé el otro, y también le dio en el centro. Tampoco estaba desentrenada. Simplemente necesitaba hacer algo para mantener mi mente en otro lugar que no fuese Kol.

Cogí otros dos cuchillos, y los lancé en la siguiente diana. También se clavaron en el centro. Esto no estaba ayudando nada, y me estaba aburriendo de sobre manera.

—No entiendo porque entrenas algo que ya controlas, amor.—Me di la vuelta para encontrarme con Klaus.

—Es simple entretenimiento, amor.—Le hice burla, y él rio.

—Quizá deberías entrenar el cuerpo a cuerpo.

—Soy igualmente buena.-Klaus se rio burlonamente.—¿Quieres comprobarlo?—Sugerí.

—No quiero hacerte daño, amor. Y teniendo en cuenta de tu convincente idea de no beber sangre de vampiro para curar tus heridas, será un no.

—¿Detono miedo en la voz del gran hibrido?—Sabía que haciéndole molestar iba hacerlo.

En un rápido movimiento, Klaus me tenía sujeta por el cuello, elevándome del suelo. Rápidamente cogí uno de los últimos cuchillos que me quedaban, y se lo clavé en el brazo, haciendo que gruñese, y me soltase.

Retrocedí varios pasos, y Klaus se quitó el cuchillo que le había producido una agujero en la manga de la camisa.

Esta vez sí pude verle como a velocidad de vampiro se acercó a mí, así que me giré rápidamente y le clavé el otro cuchillo en la espalda. Klaus volvió a gruñir, pero esta vez más ferozmente.

Corrí hacia las dianas, y saqué dos cuchillos más.

—Eso no es cuerpo a cuerpo, amor.—Le oí decir detrás de mí, y cuando me di la vuelta, Klaus me cogió del brazo, y me lanzó hacia atrás, derribando la diana. Gemí de dolor, y cuando me iba a levantar, sentí el peso de un cuerpo encima.

Cuando abrí los ojos–pues los había cerrado del impacto contra el suelo–vi a Klaus encima de mí.

—Me parece que no eres tan buena, amor.

⚜️⚜️⚜️

Cuando Klaus se fue al Rousseau's, me uní a Rebekah en el salón con su búsqueda del desván donde estaba encerrado Elijah.

—No es por ser negativa, pero Rebekah ¿cómo vas a encontrar ese desván por google maps?—Rebekah me dirigió una mirada de muerte, y siguió con lo suyo.

Cogí un puñado de galletas saladas que estaba en un bote, y me las metí en la boca. Cuando las tragué, alguien tocó al timbre, y Rebekah y yo nos miramos, como diciendo que nosotras no íbamos a abrir.

Minutos después, Hayley entró con una bruja al salón, y se pusieron a conversar sentadas en el sofá. Como Rebekah me estaba ignorando, decidí sacar mi móvil, y ¿qué? Ya ni si quiera podía llamar a Elena, a Caroline o a Bonnie para hablar. Tampoco podía llamar a Damon para que me animase con sus sarcasmos. Y mucho menos podía llamar a Kol, y decirle que lo sentía por haberle disparada una flecha o clavarle un cuchillo.

THRONE  ⟡  THE ORIGINALSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora