𝙋𝙖𝙨𝙞𝙩𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙋𝙞𝙣𝙜𝙪̈𝙞𝙣𝙤 -𝙔𝙚𝙤𝙣𝙗𝙞𝙣

27.

Soobin tenía una mochila con su móvil, un sándwich de mermelada de moras y una pequeña botella de jugo de manzana.

Había quedado con Taehyun para acompañarlo a ensayar.

Soobin jamás había salido sólo de casa, pero ahora se veía en la obligación de hacerlo porque su madre había ido a trabajar y Yeonjun estaba ocupado en sus exámenes de admisión para la Universidad.

Así que se subió al tren solito y luego caminó hasta dar con la dirección que le había dado Taehyun.

Se sintió orgulloso cuando llegó. Nada mal para un niño de 16 años; Soobin sonrió feliz.

Subió el ascensor y dió con una sala que decía «Dance practice».

Vió a Taehyun en cuanto entró al lugar, estaba con otras personas que creía haber visto en fotos del de cabellos castaños. También estaba Beomgyu, uno de los amigos de Yeonjun.

— ¡Binnie, llegaste! Chicos, este es Soobin, del que les hablé.

Luego de que lo saludaran, con algo de distancia para el bien del más alto, Taehyun volvió a dirigir su mirada a Soobin.

— Los chicos quieren verte bailar, les mostré el vídeo que grabamos hace unos años en la escuela. Pienso que deberías ser parte de la academia.

Soobin lo pasó muy bien ese día, pero aún recordaba sus piernas temblando cuando la música sonó y todos le miraban.

Llegó a casa en la tarde, con medio sándwich en la mano y sus audífonos puestos. Su madre se alegró de que Soobin tuviera más amigos ahora.

Yeonjun llegó poco después para poder estar un rato con el menor.

— ¡Yeonjun Hyung!

La madre de Soobin saludó a Yeonjun.

— Este chico es todo un hombrecito ya, fue sólo al centro y volvió a casa sano y salvo.

Yeonjun sonrió feliz ante la noticia.

Soobin le abrazó mucho. Le dió mucho cariño y finalizó el patrón de actos con un:

— ¡Me gusta mucho bailar!

Yeonjun pensó que Soobin había encontrado al fin lo que lo hacía verdaderamente feliz. Cuando su madre fue a la cocina, Yeonjun le besó los labios, las mejillas y la frente.

— Felicitaciones, precioso.

— Tus pasitos de pingüino funcionaron, Hyung.