La respiración de Carlo se detuvo al sentir el metal contra su piel. Ni siquiera le había dado tiempo a reaccionar cuando aquella voz le advirtió que no se moviera, amenazándolo con un arma de fuego. El italiano estaba de rodillas en el suelo junto a Jose, quien seguía inconsciente. Se sintió algo más tranquilo al ver que aún seguía con vida pero todo ápice de calma desapareció en cuanto escuchó el seguro del arma siendo desbloqueado.
— Levanta las manos — exigió su atacante, quien seguramente habría visto el arma que guardaba en su cintura —. ¡Ahora! — gritó al ver que Carlo no reaccionaba.
El Gambino hizo lo pedido y con cierta lentitud, alzó sus manos hasta dejarlas a la altura de la cabeza. Entonces notó cómo la mano ajena le arrebató el arma para tirarla lejos de donde se encontraban.
— ¿Un arma de balines? — El hombre rió con sarcasmo antes de sujetar a Carlo del chaleco, obligándolo a levantarse y darse la vuelta —. Venga, levántate.
Carlo no se sorprendió al encontrarse con ese rostro familiar. Ya lo había reconocido por su voz pero en el fondo, no lo quería creer. Sintiendo cómo la rabia se apoderaba de su cuerpo con cada segundo, a Carlo no le quedó otra que seguir con las manos en el aire al ver que su vida dependía de un agente infiltrado.
— ¿Qué cojones haces aquí, Volkov? — preguntó Carlo, lo más sereno posible.
— He venido a hablar.
— ¿A hablar? — Carlo chasqueó su lengua —. ¿Tu charla con Jose no salió bien, o qué?
Viktor endureció su mirada. Sus ojos estaban fijos en los azules del italiano, quien parecía estar retándolo.
— Ya sabes cómo es Jose. No me quedó otro remedio.
— Ah, ¿no? ¿Estás seguro?
— Bueno, sí. Dejar que me pegue un tiro aunque la verdad es que justo hoy me apetece dispararte a ti — amenazó, pegando el arma a la frente de Carlo —. Así que o dejas de intentar vacilarme o te juro que vuelo la cara, Carlo.
— Es lo mínimo que te mereces, por ser un puto topo de mierda.
Carlo soltó un fuerte quejido cuando los dedos de Viktor rodearon su garganta, apretándola para así empujarlo hasta la barra de la cocina, en donde lo obligó a pegar su espalda sobre esta, utilizando el peso de su propio cuerpo para inmovilizarlo. Carlo arrugó sus párpados cerrados al sentir cómo el hombre ruso apretaba su agarre sobre su cuello, dificultándole el respirar. Como acto reflejo, el italiano llevó sus manos hacia la ajena para intentar soltarse pero luchar era inutil cuando tenías un arma apuntándote a la sien.
— ¿Y tú que eres, eh? ¿Un niñato que se cree importante porque su padre le pasó el negocio de las pirulas?
Carlo abrió los ojos lentamente, dedicándole una cínica sonrisa al agente federal en cuanto volvieron a conectar sus orbes.
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Guerra ❇ Carligor
FanfictionIgor debe elegir: lealtad o amor. ❥ AU Carligor (Carlo X Igor) ❥ Publicado originalmente en mi perfil de Twitter @strawlemonberry ❥ Voy a escribir el habla de Igor tal cual lo hace en rol porque me parece adorable ❥ Basado en los personajes de role...