MINI HISTORIAS [Minjeong | Terminada]

PERFECT HARMONY

— Salgamos a una cita Jeongin

Era lo que había escuchado Lee Minho salir de la boca de uno de los chicos del Instituto del menor, quien perseguía a su niño. Sin embargo, al ser un fantasma no podía hacer nada más que mirar desde lejos, siendo ignorado por nada más que su compañero de banda.

Odiaba esto y peor el haber muerto por un poco de tteokbokki picante.

Sin embargo, tenía mejores cosas de que tener que preocuparse y eso es el cómo hacer que esa cita salga mal. Pero, ¿cómo lo haría? Si él no tenía un cuerpo que manejar.

Se preguntó, y al verlos dirigirse a esos dos a la sala de ensayos aún juntos, este no hizo más que sentir su sangre hervir antes de seguirlos. 

Seguirlos mientras traspasaba las paredes, puerta por puerta, hasta acabar dentro de aquella sala, viéndolos en silencio conversar para nada animados. Porque en los ojos del menor se veía menos chispa de la que puede verse en una relación furtuosa futura. Por eso no debería ser capaz de aceptar una cita con ese idiota que sólo quiere una noche y nada más.

Eso quería creer en su mente.

Que Jeongin no iba a aceptar por nada en aquel mundo humano que saliesen juntos.

"Tan juntos. No deberían estar así" —pensó en ese momento, hasta que oyó la música resonar en sus tímpanos. 

Esa melodía podría describirlos a ambos, a pesar de que el día anterior tanto Jeongin como él se hubiesen peleado por no haber ido a su recital en la noche a pesar de que prometió ayudarlo. Aún así, no había ido y había terminado dejándolo en ridículo por primera vez desde que lo habían conocido.

Aún recuerda sus fuertes palabras.

Aún recuerda que no pudo hacer nada porque no era tan sincero como para decir que había ido con un lunático y que éste tenía completamente su alma por lo que estaba condenado a trabajar en el momento que éste lo llamase sin rechistar.

Odiaba a ese tipo.

Y lo odiaba aún peor por quitarle la oportunidad de oír cantar a su ángel.

Pero más odiaba a los humanos que un alma tan ingrata como ese idiota. Y justamente entre los humanos que odia esta ese tipo que a pesar de que es su canción especial con Jeongin, lo toma de las caderas desde detrás para inclinarse hacia su oído.

¡Oh! Cómo lo iba a matar.

Esa es la gota que rebalsa el vaso.

— Innie, salgamos, vamos, sé que te gusta que te traten de esta forma —murmuró besando el hombro del más pequeño— si salimos vas a ser el único que tenga mi atención, vamos pequeño, no te voy a dejar plantado

¡Estaba loco ese tipo!

Tenía que hacer algo, en este instante.

Sino sus palabras lo iban a hundir a él y le iban a quitar a quien era el amor de su vida, aún si estaba en medio del Inframundo. Bueno, aún no lo sabía, porque no estaba 'totalmente' muerto.

Jeongin: …. —por parte del menor, este apretó su mano en la laptop que tenía enfrente para mirar de reojo al espejo que ahora los reflejaba con toda su luz. En él también podía ver la imagen de un fantasma, el único al que conocía gracias a un poder desconocido en su piano.

Pero lo que más le molestaba era que estaba ahí, sin hacer nada.

Ese tonto idiota no le iba a pedir perdón.

Ese tonto fantasma no iba a decirle ni un pío.

Odiaba a Lee Minho cuando estaba vivo y odia a Lee Minho estando muerto. ¿Por qué siquiera va a esperar por él? Já, no lo sabe.