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Nunca había sentido aquel calor tan cerca de su cuerpo mientras la suave respiración de Jungkook golpeaba su frente.

Sus cuerpos rozaban sin vergüenza alguna mientras las personas seguían entrando, avergonzado de aquella cercanía llevo sus manos al frente pero...con cuidado posó sus mano en los pectorales del pelinegro con el fin de apartarlo un poco.

— Resiste un poco — rápidamente él castaño levanto su cabeza mirando a Jungkook, sus mejillas se pintaron de rojo y el contrario sonrió.

— Está muy apretado — susurro, miro al rededor dónde los demás eran ajenos a lo que pasaba con ellos dos.

El ascensor dió una pequeña sacudida dando a entender que bajaría al primer nivel, pero la presión de Taehyung lo había hecho mucho antes cuando la pierna de Jungkook se coló entre las suyas.

Pero por muy extraño que fuera no sentía incomodidad, lo que lo estaba matando era los nervios por lo que podría pasar.

— ¿Que fragancia es está? — con atrevimiento acerco su nariz al cuello de su camisa.

— Es de fresa — susurro al tener tan cerca el rostro de Jungkook, a los segundos se aparto poco a poco mirándolo fijamente.

— Me gusta — una sonrisa se mostró en su rostro al mismo tiempo que las puertas se abrieron.

Cuando el cuerpo del pelinegro se aparto Taehyung pudo respirar por fin.

— Ya sabes Taehyung, no llegues tarde — siguió caminando sin voltear mientras levantaba un poco su mano para despedirse.

— ¿Acaso quieres matarme? — suspiro cansado comenzando a jalar de sus cabellos. — desvergonzado —











Taehyung se encontraba comiendo en una de las mesas de la cafetería, sin embargo un gruñón chico se sentó frente a él.

— ¿Tomaste leche vencida o porque la cara? — sonrió con burla mientras bebía de su malteada.

— Cállate enano — bufo con el seño fruncido.

— ¿Acaso tu novio no te dió duró en la noche? — volvió a reír.

— Y a tí si, ¿no? — volteo a verlo fijamente.

— Uff, quien se iba a imaginar que él chico tímido del salón fuera una bestia en la cama — suspiro mordiendo su labio inferior. — y sí, disfrute gritando su nombre en toda la noche —

— Mucha información gracias — suspiro tomando de su jugo.

— Oh vamos, dime qué es lo que tienes — Jimin juraría que por un momento vio el cuerpo de Taehyung temblar. —

— Amanecimos muy preguntones no — Jimin comenzó a reír escandalosamente cerrando sus ojos con fuerza.

— Si no quieres decirme está bien — sonrió volviendo a tomar de su malteada.

Pero Jimin comenzó a notar que Taehyung estaba un poco inquieto, sus piernas se movían de un lado a otro mientras todo el tiempo pasaba mordiendo su labio.

— ¿Acaso tienes una erección? — pregunto señalando con sus ojos, sonrió al ver el leve sonrojo en su rostro.

— ¡Claro que no! — llevo su mano a su entrepierna intentando ocultar algo que Jimin ya había notado.

— ¿Te calentaste por mí?, ¿oh estás pensando en alguien más? — lo miro fijamente.

— No se de lo que hablas, y no tengo una erección — se puso de pie.

— Si quieres, puedo ayudarte — sonrió con sus ojos entrecerrados.

— ¡Vete al diablo! — corrió lejos de la cafetería.

— Tu te lo pierdes — comenzó a reír.

— Veo que ya me cambiaste por otro — Se escuchó una voz detrás de él.

En un instante tiro el jugo de su boca comenzando a toser escandalosamente, tomo una servilleta y limpio sus labios volteando a verlo.

— Yoongi, no pienses en eso yo nunca te cambiaría por ese idiota — lo tomo de la camisa mirándolo con un puchero.

— Abstinencia — respondió dando media vuelta y marcharse.

— ¡Que!, ¡No, gatito eso no! — corrió detrás de él siendo ignorado.
















TATA —

UN FUNDASHI SUELTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora