UN FUNDASHI SUELTO

34

Después de una motivadora fiesta disfrutando de la comida que personalmente Taehyung había hecho para todos, con ayuda de otras más que decidieron ayudar.

Cuando la fiesta dió por terminada todos volvieron a las clases, sin embargo Taehyung no podía concentrarse por culpa de sus pensamientos.

¿Y si no le gusta?

Golpeó su lápiz en el cuaderno un poco nervioso por ver qué en unos minutos terminarían las clases, tenía todo preparado pero no sabía si esto saldría bien ya que el disfraz era grande.

Y así fue, minutos después las clases terminaron dónde todos comenzaron a salir tomando sus cosas.

Jungkook estaba esperando al castaño frente al portón recargado en su auto, aquel cabello largo en una coleta con una nueva perforación en su labio hizo estremecer a Taehyung que lo miraba desde unos metros.

— Osito, vamos a casa — sonrió al verlo a lo lejos abriendo la puerta del lado del copiloto. — hay que divertirnos — sonrió ladino observando.

Taehyung sintió sus piernas temblar y juraba que de seguro caminaba como de esas imágenes de movimiento distorsionada, cuando estuvo frente al auto miro al pelinegro sonreírle.

— Sube — el contrario asintió y se metió al auto dejando que Jungkook cerrará la puerta.

Cuando el auto se puso en movimiento los nervios inundaron el cuerpo de Taehyung, dónde lo primero que hizo fue mandar mensaje a su hermana Lisa sobre lo que le había pedido.

Después de varios minutos el auto se estacionó dentro de la cochera subterránea de la casa del pelinegro, los dos bajaron y caminaron al interior de la casa.

— Amor puedes tomar lo que quieres iré a cambiarme, estoy muy sudoroso — grito mientras subía las escaleras a la habitación.

— Okey — sonrió observando la puerta principal.

Cuánto Jungkook se fue Taehyung corrió a la puerta principal y abrió dejando entrar a su hermana.

— Demonios Taehyung, ¿Que quieres hacer con ésto? — dejo la bolsa aún lado para observar el interior de la casa.

— No importa chismosa — le saco la lengua tomando la bolsa y sacar el disfraz.

— Maldito mocoso, ni agradeces que vine hasta aquí para traerte esto — bufo molesta.

— Si ajá, cuando llegue a casa lo recompensare — hablo empujándola a la salida.

— Más te vale... — y sus palabras fueron cortadas cuando la puerta se cerró.

Taehyung corrió a la cocina para quitar su ropa rápidamente dejando solo su ropa interior y ponerse el disfraz, cuando ya lo había hecho tomo la diadema de las dos orejitas y ponérsela.

Tomo su teléfono y comenzó a tomarse fotografías para después enviárselas al enano.

— No supe que hacer así que tome en cuenta tu idea, ¿Está bien? — para después mandar las imágenes.

Cuando de pronto la voz del pelinegro lo hizo sobresaltar dejando el celular en el comedor pasando por alto los millones de mensajes de Jimin.

— ¿Tae? — se escuchó en la sala.

Y ahí estaba, caminando con nerviosismo hasta la sala dejándose ver por el pelinegro.

Jungkook abrió sus ojos como platos al ver a su osito con orejas de conejo en un lindo disfraz de conejito.

Porque sí, literal, no se sabía si él castaño por nervios o por otra cosa había comprado una pijama de conejo tierno, cuando tenía que ser uno sexy.

— ¿Que sucede aquí? — hablo confundido Jungkook viendo cómo Taehyung jugaba con sus manitas. — ¡Te ves tan lindo! —

Taehyung miro como el contrario corría para abrazarlo pero realmente no esperaba eso, él esperaba una reacción diferente.

Por lo que corrió por todos lados dónde Jungkook le pisaba los talones intentando agarrarlo.

A veces Taehyung era una cosa pero bien bárbara.

Jimin reía con fuerza sobre el pelimenta mirando las fotografías de su amigo idiota.

Yoongi solo lo observaba desde abajo tomando las caderas de Jimin al ver que desde hace 10 minutos, Jimin se había detenido en medio acto para después reír con fuerza.

— Dice que lee mangas pero no sabe lo que es un disfraz de conejito sexy — volvió a reír a carcajadas. — ahora entiendo porque me mandó las fotos porque obviamente no me los hubiera enviado si estuviera semi desnudo —

La pantalla del celular paro frente al rostro de Yoongi observando al castaño en un lindo disfraz, y no pudo evitar reír.

— Daría lo que fuera por ver la reacción de Jungkook — dejo el celular aún lado de la cama para después limpiar su rostro por las pequeñas lágrimas. — bueno hizo lo que pu...¡Ah.! — dió un fuerte gemido al sentir aquella estocada.

— Me dejastes 15 minutos con el pene erecto mientras te reías, no me gustó para nada — dió una palmada en el redondo trasero del contrario. — debo darte un castigo —

Y aunque Jimin era amante del sexo no puedo evitar asustarse cuando yoongi sonrió mostrando su encías, sabía que le dolería hasta el alma al terminar.

Mientras los minutos pasaban Jimin era un desastre en la cama jadeando por las fuertes embestidas, dejando que su cuerpo se debilitara mientras cerraba sus ojos rogando que al día siguiente pudiera caminar.

TATA —