1

8 0 0
                                    

El sonido del interruptor de la luz hace click en el silencio de mi casa cuando llego después del trabajo, la luz brilla intensamente y cierro la puerta detrás de mí, escucho el sonido de una llamada entrante en mi teléfono, dejo las cosas que estoy sosteniendo en la mesa de la sala y contesto.

-¿Aló? - respondo en el teléfono y me quedo esperando para escuchar la respuesta al otro lado de la línea, es un numero desconocido, solo recibo silencio. ¿Aló? - Repito nuevamente y esta vez escucho suavemente una respiración que se agita, contrariada miro el número y cuelgo sin darle mayor importancia, sería un número desconocido o alguna broma.

Voy a la cocina para prepararme una ensalada de cena, guardo el teléfono en el bolsillo trasero de mis jeans y saco algunas verduras del refrigerador, busco una tabla, un cuchillo y aderezos.

Chop, chop, el sonido del cuchillo al chocar con la tabla de madera es interrumpido por el sonido de mi teléfono nuevamente.

Por tercera vez en menos de una hora repito - ¿Aló? - me lavo las manos en el fregadero y alcanzo un pañuelo para secarme las manos mientras sostengo mi teléfono entre el oído y el hombro incómodamente.

-Hola angel - una voz profunda me responde, y puedo sentir como un escalofrió y cosquilleo pasan con mi cuerpo, puedo jurar que siento mariposas en mi estómago.

-¿Con quién hablo? - La verdad es que se con quién estoy hablando, mi cuerpo lo reconoció, y mi cerebro recordo su voz, reaccionando instintivamente apenas escucha su voz, pero necesito estar segura.

-Soy yo Daniel, Daniel Calgary – su voz se escucha ronca, con un tono profundo que hace que todo mi cuerpo se quede anticipando algo... Después de tantos años nuevamente se de él, de que escucho su voz y los recuerdos llegan a mí en un flashback rápidamente - Estoy regresando a Harrison después de mucho tiempo – se detiene supongo que recordó lo mismo que yo. - y me gustaría invitarte a tomar algo, por los viejos tiempos.

No me anticipa nada más, ni como consiguió mi número, solo quedamos en vernos y ya mi corazón se aceleró.

Cuando anoche recibí la llamada jamás me imagine que sería de Daniel Calgary, había desaparecido de mi vida hace tanto tiempo, y de la de todos que hasta me imagine cosas horribles, como que estaba muerto o en la cárcel, eso me ayudaba a creer que ya lo había olvidado y superado, pero yo sabía que no era así, aveces no podía dejar de pensar en el de vez en cuando.

Recuerdo que yo solía querer todo de él, pero al final de todo él no quiso nada de mi.

Voy caminando desde mi tienda en el centro y llego a la cafetería en la que acordamos vernos y mientras abro la puerta estoy pensando en cómo estoy vestida, quise mantenerme casual, no quise darle importancia a nuestro encuentro. Llevo puesto unos pantalones de mezclilla claros a las caderas y de bota un poco ancha, unos botines de tacón negros, una chaqueta y una blusa blanca con encaje, una bufanda y mi cabello recogido en una cola alta, y mis labios rojos es lo único que llevo puesto de maquillaje. No me dio tiempo de maquillarme esta mañana, si, me quede dormida.

Entro en la cafetería y saludo a unas cuantas personas que están sentadas, tomo asiento en la mesa más apartada pero desde donde puedo ver por la ventana su llegada, mientras lo espero Silvia la camarera me trae mi pedido habitual, un té helado.

No han pasado ni 20 minutos cuando por la ventana lo veo salir de un carro último modelo vistiendo un traje negro, lentes oscuros y ese cuerpo. Al entrar se roba todas las miradas incluyendo la mía, soy la única que logra reconocerlo, mis manos pican y cuando ya está frente a mí me levanto de la silla como un resorte, suspiro para mis adentros, y ambos tomamos asiento uno al frente del otro.

Dulce 𝒮𝑒𝒹𝓊𝒸𝒸𝒾𝑜𝓃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora