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Me miro en el espejo del baño y me retoco el brillo labial y junto los labios, pongo un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y me alejo de mi reflejo alisando la falda de mi vestido con mis manos.

-Estas grave - le digo al mi reflejo y suspiro, a pesar de que había decidido no aceptar la invitación de Daniel a último momento sentí la necesidad de salir corriendo y aplicar algo de maquillaje, afortunadamente tengo un sweater extra en mi oficina y me lo pongo debajo de mi chaqueta de cuero, sonrió y agarro mi cartera para esperar por Daniel.

Me pongo a limpiar un poco mientras espero porque no puedo sentarme tranquila, me siento nerviosa, como si tuviera 16 años otra vez.

- ¿No deberías tener a alguien que te ayude con esas cosas? – asustada suelto un grito y me volteo con el palo de la escoba en la mano lista para golpear al intruso.

-Mee asustaste Daniel – exclamo con una mano en mi corazón que empezó a latir fuerte por el susto – Y contestándote, sé que debería, pero no he logrado que alguien se quede por mucho tiempo, además por esta época muy pocas personas se acercan, suelen comprar antes del invierno o cuando termina - le respondo.

Lo observo mirarme de arriba abajo y siento el peso del deseo en mi vientre

-Yo puedo ayudarte, si quieres claro – no deja de mirarme fijamente con una sonrisa en sus labios. Se encoje de hombros y agarra de mis manos el palo de la escoba para ponerlo a un lado y agarrarme por la cintura atrayéndome hacia él, se pone serio momentáneamente arrugando su ceño – no se si es mi imaginación, pero me parecido ver a alguien mirando por la venta, y cuando me acerque se fue rápido.

-Y antes de que te niegues, vámonos a cenar – me guiña un ojo y me roba un beso.

-Probablemente sea alguien viendo los libros – le restó importancia – todavía faltan 30 minutos para el cierre – le informo, no tiene sentido negarme a esta altura cuando sé que quiero y deseo ir con él.

-Esperare por ti.

-Si quieres te sientas mientras yo termino de arreglar algo – lo invito a la zona de lectura.

Me doy la vuelta hacia unas estanterías y escucho la puerta abrirse un alguien caminar.

Buenas noches – saludo al cliente. - oh, hola Anthony, ¿qué tal?, pasa estaba por cerrar ya.

-Llegue justo a tiempo por lo que veo – dice mirando a la zona de lectura y desenrollando su bufanda.

-En un momento regreso, los libros que llegaron esta semana están por allá - señalo una de las estanterías que está cerca de la vitrina. - y tu pedido lo tengo en la oficina.

Busco en unas gabetas en el mostrador y busco el paquete con el nombre de Antony escrito en el, aprovecho y me miro una vez más en el reflejo de la pantalla y sonrió, apenas llego a las estanterías puedo sentir la tensión que Daniel y Anthony emanan, carraspeo y ambos se voltean.

-Aquí está el libro que pediste – le tiendo el paquete – no fue tan fácil encontrarlo ya que estaba agotado, pero sabes que no me rindo – ambos nos reímos.

-Gracias, creo que otro día regreso a ver que más tienes – agarra su maletín, guarda el paquete y con un gesto se despide no sin antes mirar a Daniel, me despido con la mano y veo como la puerta se cierra detrás de él.

- ¿Qué fue todo eso? - me volteo con las manos en las caderas.

-Nada de qué preocuparse, ahora si no te importa es hora de cerrar y de irnos a nuestra cita.

Mi estomago se contrae al escuchar la palabra cita, dios cuantos años tenía ¿16?

- ¿En moto? Creí que ya no lo hacías – exclamo riéndome mientras cierro la puerta y la veo aparcada en la acera.

Dulce 𝒮𝑒𝒹𝓊𝒸𝒸𝒾𝑜𝓃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora