-Despierta Lena, es hora de despertarse – Daniel reparte besos por mi cara y cuello.
-Uhm – quito mi cara y tapo mi boca con mi mano – no, no te acerques hasta que me haya lavado los dientes.
Salto de la cama y voy al baño donde cepillo mis dientes, lavo mi cara.
Riendo se acerca a mí, rodea mi cintura acercándome a él y robarme un beso.
-Ahora sí, buenos días Angel ¿Dormiste bien? - sus manos acarician mi espalda dándome confort .
-Mejor de lo que he dormido estos días, ¿Y tú?
-Esplendido – siento que me abraza más fuerte – gracias Lena.
-¿Gracias? - no sé a qué se debe ese gracias tan inesperado.
-Por creer en mí, aunque no te he dado suficientes razones creíste en lo que te decía - no respondo, solo lo abrazo, quise creer en lo que me dijo porque me di cuenta de que lo amo y no quería estar sin él. -Y ahora es hora de irnos a trabajar, aunque solo me quiera quedar aquí abrazado a ti.
Yo tampoco quería terminar este momento, pero ambos tenemos cosas que hacer, ambos tenemos negocios y responsabilidades.
Justo en este momento me sentía enamorada.
-Veo que ya estas listo – me fijo en su ropa y ya está listo para irse. - ¿Por qué no me despertaste antes?
-Quería mirarte dormir la mayor cantidad de tiempo posible – me responde mirándome directamente a la cara con una sonrisa hermosa que hace que mi corazón se derrita. - Anda, arréglate y te espero abajo para irnos juntos.
Me ducho, maquillo y visto rápido, bajo las escaleras y veo a Daniel sentado con su teléfono en mano, se levanta en cuando me ve.
-Vamos –agarro mis cosas y Daniel listo abre la puerta de la casa y me acompaña a mi auto, despidiéndose con un beso
Estuve el día en las nubes, recibí mensajes al medio día de Daniel y actualizaciones de mi hermana, en cuanto a la librería estuvo lento el movimiento de personas.
Por las ventanas vi que había movimiento de gente en las calles y autos con barcos o lanchas, turistas.
Estiro mi cuerpo relajando mis músculos de estar sentados, el otoño está cerca y la gente está disfrutando de los pocos días frescos y calientes que nos quedan.
Los rayos del sol están desapareciendo dándole paso a un atardecer de colores naranjas, las luces de la calle se encienden alumbrando las aceras de piedra y a personas sentadas en los bancos.
Sintiéndome de buen humor y animada por el pueblo, cierro la librería en su horario habitual y me doy un paseo por la plaza principal donde me siento en una cafetería y me tomo un café.
-Hola. - respondo la llamada de Daniel
- ¿Ya estás en casa Angel?
-No, estoy en un café en la plaza me termino un café y me voy, ¿Vienes hoy? - le pregunto.
-Te llame para avisarte que seguramente llegue tarde hoy.
-No pasa nada Daniel, entiendo que estes ocupado, llámame cuando vengas en camino.
-Nos vemos Angel – se despide cuando unas voces lo llaman.
Termino mi café, pago y camino de regreso a mi carro para irme a casa.
Camino a la puerta y me detengo cuando veo una caja de entregas en la puerta, la recojo y entro encendiendo las luces, cierro la puerta y dejo mis cosas en la mesa cerca.
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Dulce 𝒮𝑒𝒹𝓊𝒸𝒸𝒾𝑜𝓃
Romance+18. Habían pasado 10 años desde la última vez que Lena había visto a Daniel Calgary, y no era para nada parecido a como lo estaba viendo justo ahora. ¿En dónde habían quedado su cabello largo, su motocicleta, y sus botas? Después de haber dejado...