Han pasado cinco días desde la noche en la que Daniel llego de sorpresa y el ultimo día desde que nos hemos visto.
-Debe estar muy ocupado – le digo a Mags por llamada cuando me pregunta si Daniel sigue sin aparecer o escribirme.
Uhm, cuando alguien está interesado siempre saca tiempo – me quedo callada porque sé que tiene razón. - pero oye tal vez de verdad está muy ocupado y cansado.
Se que el comentario del final lo dio para no hacerme sentir mal. Cierro la tienda cuando ya son las ocho de la noche y me voy a casa.
Reviso mi teléfono y no veo mensajes nuevos de Daniel, una vocecita en mi cabeza no puede evitar dudar y recordar las palabras de Anthony. "Se lo hizo a mi hermana y te lo hará a ti"
Estoy picando mi ensalada cesar cuando escucho sonar el timbre, ajusto mi bata y voy a abrir la puerta enciendo las luces y miro por la mirilla, no hay nadie que raro.
Un sobre sin remitente ni nombres se desliza por debajo de la puerta, lo recojo y dudo si abrir o no la puerta, siento que así empiezan las películas de terror siempre.
Con el sobre en mano reviso que este bien cerrada la puerta y miro una vez más por la mirilla, no se ve nadie a la vista, camino nuevamente a la cocina y mientras como pienso si abrir o no el sobre. Decidida saco un cuchillo de una de las gavetas y lo uso para romper el sello del sobre, dentro hay un papel en blanco, le doy la vuelta y puedo leer claramente.
"Te uso como a todas las demás"
Arrugo el papel con rabia y lo echo en el cesto de la basura, veo que las hazañas de Daniel son reconocidas y ahora recibo estos mensajes, quien sea que me haya enviado esto es un idiota.
Ya paso una semana desde que recibí la nota y desde que vi a Daniel, salgo todas las mañanas a correr y después al trabajo, no puedo negar que mi ánimo bajo un poco, me siento dolida y tonta por caer tan rápido y esperar más de él.
La mañana pasa lento, sin ventas con pocos clientes y sin noticias todavía de Daniel, no puedo evitar revisar mis mensajes esperando ver si me da señales de vida.
Brinco cuando escucho el tono de llamada del teléfono de la tienda, atiendo sin revisar el número.
-Librería Gold lake a su servicio.
-Mientras tu estas esperándolo, él esta con otra.
-¿Quién habla? - mi voz se eleva a un tono superior al normal, quiero gritar que no creo nada de lo que me dicen, el no haría eso, me diría que ya no quiere verme y ya, no escucho respuesta, pero si el sonido de la línea cortarse y el sonido de un mensaje llegando a mi celular.
Mensaje de numero desconocido.
"No digas que no te lo advertí" junto con una foto, la abro y veo a Daniel y a una mujer muy cercas, demasiado cercas para creer que es amistad y para interpretar lo contrario, acerco la foto aún más.
Se están besando.
Siento mi corazón romperse un poco, un fuerte dolor en mi pecho y de cabeza.
Las lágrimas acuden a mis ojos y poco a poco van cayendo, pongo el cartel de cerrado y voy a la parte de atrás, no quiero que nadie me vea llorando y con mocos en la cara.
Me permito llorar diez minutos me lavo la cara y parpadeo ante el nuevo ataque de lágrimas, vuelvo a la tienda y aguanto el resto del día.
De regreso en casa mi celular empieza a sonar nuevamente, sin ganas de hablar con nadie dejo que suene, al tercer intento contesto cansada.
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Dulce 𝒮𝑒𝒹𝓊𝒸𝒸𝒾𝑜𝓃
Lãng mạn+18. Habían pasado 10 años desde la última vez que Lena había visto a Daniel Calgary, y no era para nada parecido a como lo estaba viendo justo ahora. ¿En dónde habían quedado su cabello largo, su motocicleta, y sus botas? Después de haber dejado...