PUNISHMENT › Knj ❛+18❜

3 | Deleite

¿Debería aceptarlo? ¿Debería caer en los brazos de un hombre como él? Estoy totalmente loca por tan solo considerarlo. Tenerle tan cerca no me permite pensar con claridad, sus facciones me dejan sin aliento, observo sus labios tan rosado y húmedos a solo escasos centímetros de los míos, tengo tantas ganas de besarlo. Alice cometerás una locura, pero... ¿valdrá la pena?

—Señor yo no... —fui interrumpida por su dedo índice, mi cuerpo comienza a temblar, noto la atenta mirada sobre mis labios, muerde los suyos con ganas de lanzarse a mi boca, sin ningún tipo de autorización se introduce en ella.

En tan solo un milisegundo se presentó la posibilidad de detener esta acción pero no lo hice, este acto me pareció tan excitante que lo que menos quiero ahora es detenerlo, una corriente eléctrica invade cada rincón de mi cuerpo. Muerde mis labios muy triunfante por que sabe que conseguirá todo lo que desea de mí —. ¿No lo notas Alice? —su boca comienza un recorrido, dejando cortos besos desde mi barbilla, rozando sus labios suavemente contra mi piel —. Tu cuerpo súplica que te rindas ante mí —besa mi cuello —. Deseas mis caricias, mis besos.

¡Demonios! ¿Por qué tiene tanta razón?

—Deja de negarlo, lo necesitas. Quieres esto, alguien que te domine ¿No es así?

—Ahh ~un gemido escapa de mi boca al sentir su húmeda lengua sobre mi cuello, incitándome a que le suplicara por más. Joder, todo mi cuerpo arde, como es que consigue hacerme sentir como si visitara el infierno y el paraíso al mismo tiempo con tan solo unos movimientos con su lengua.

Abro mis ojos con algo de dificultad, ya me había excitado demasiado, tenia la vista empañada y el pulso acelerado.

—Esa actitud tan insolente que tienes, me hace desear castigarte, hacerte llorar hasta que aprendas a ser una buena niña —besa mi clavícula consiguiendo que me retorciera —.Vamos Alice pídemelo, jamás volverás a desearás otras manos que no sean las mías.

Trague duro al escuchar todo lo que me ofrecía, mi cerebro apenas podía procesarlo, mi cordura me había abandonado, solo quedaba elegir.

—Dilo —Joder, cada rincón de mi cuerpo quema, solo a mí se me ocurre traer puesto una blusa tan fina. Sus dedos se deslizan por esta con tanta facilidad, desabrocha botón por botón, hasta dejarla totalmente abierta.

No soy capaz de articular ni una sola oración coherente, mis nervios están al límite, sigo jadeando en sus brazos, inconsciente disfrutando de sus caricias. El frío de sus manos consigue hacer contacto con la piel de mi abdomen descubierto, doy un brinco consiguiendo risitas de su parte.

—No podré aguantar mucho Alice, vamos solo dilo —tengo la voz atascada, sus ojos admiran con muchos deseo mi pecho. Y mi cuerpo se da por vencido.

—Castígueme Señor Kim, castígueme —respondo con dificultad.

—Con mucho gusto —susurró acompañado de una sonrisa ladeada. Me estrujo contra su pecho de forma agresiva, para empujarme hasta toparnos con el borde de su escritorio, mientras que su mano derecha se dirigía a mi trasero para apretar una de mis nalgas a su antojo, la otra atrapó mi cuello, estampado sus labios nuevamente contra los míos, uniéndonos en un beso desesperado, cargado de tanto deseo, volviéndome segundo a segundo adicta a él. Mi cavidad bucal es invadida de forma desesperada por su lengua, se encuentra tan perdido como yo en este momento.

Mordió con fuerza mi labio inferior, logrando que jadeara de placer. El bulto de sus pantalones roza una y otra vez contra mi vientre bajo.

Toma mis muslos, para ayudarme a su subir. Mi trasero inmediatamente sintió el frío de aquel elegante escritorio. Apresa mi cuello con una de sus manos, obligándome a quedar tendida. Termina de despojarme de mi blusa, dejándome expuesta ante de sus ojos, sin retirar mi sujetador, logra descubrir mis pechos.