PUNISHMENT › Knj ❛+18❜

9 | Sin salida

Creo que mentirle a mi padre de que tendría turno en un bar que trabaja hasta altas horas de la noche no era la mejor de las ideas que pude haber tenido, pero al menos estaré segura de que SoongJoo se encontrará bien.

—Señorita Alice todo se encuentra listo en la habitación de invitados —Casian asoma su cabeza a la sala principal, ya estaba amaneciendo y solo pensaba en caer sobre una cama para descansar un par de minutos. Lo sigo por la enorme escalera que daría a los pisos superiores, la misma estaba cubierta por una muy elegante alfombra roja, con diseños bellos. Ingreso en la habitación que me indica—. Descuide, que en cuanto venga a vivir aquí, tendré lista una hermosa habitación para usted.

¿Escuché bien? ¿Vivir aquí? Pensé que solo era un trato que no requeriría de separarme de mi familia, no puedo aceptar eso.

—¿Vivir aquí? —Me atrevo a preguntar.

—Claro ¿el Señor Kim no le ha comentado ese detalle? Cuando empiece las pruebas necesitará permanecer en la residencia Kim —Su comentario solo consigue confundirme aún más.

—¿Pruebas? ¿De que habl...

La voz de Namjoon me interrumpe.

—Creo que ya ayudaste suficiente Casian, te puedes retirar.

—Con permiso señor —El hombre se retira sin decir nada más.

Namjoon cierra la puerta justo detrás suyo camina hasta uno de los elegantes asientos de esta enorme habitación, se quita el abrigo negro que trae puesto y lo deja a un lado, se sienta y su mirada intimidante cae sobre mí.

¿Se supone que esto es divertido? Él también debe salir para que pueda vestirme con total libertad.

—Anda pruebate los vestidos —Ordena mientras se acomoda mejor en el sofá, cruza una de sus piernas sobre la otra.

—Pero... debes salir —Intento mantener mi postura, aunque me resulte confuso, tentador, prefiero que no se cree ideas que jamás pasarán.

—Quiero darte mi opinión. Anda cámbiate, ¿o necesitas que te ayude? —Se levanta y camina hacia mí, doy unos pasos hacia atrás con la intención de transmitirle mi incomodidad pero continua avanzando.

—Basta —Hablo en un hilo de voz.

Hace caso ominoso a mis palabras, ahora que se encuentra tan cerca me olvide de como respirar, su mera presencia, esa fragancia tan agradable que emana de él, sus orbes oscuros mirándome con ganas de todo me dejan muy mal. De repente sus dedos se atreven a bajar el tirante de mi vestido, hace lo mismo con el otro, a punto de descubrir mi pecho, llevo mis brazos contra este para evitar que la tela caiga.

—Anda quita tus brazos, solo quiero ver un poco de todo lo que voy a disfrutar. Sabes... desde la primera vez que te vi, me volví adicto a tu cuerpo, no sabes cuanto me prende tenerte así de cerca —Deja un casto beso en mi mejilla con la intención de convencerme de dejarme llevar, dejarlo ver más de lo que debería.

Pero por suerte no permito ser dominada y tomo el control de mi cuerpo, no aparto en ningún momento mis brazos, esa sonrisa seductora, atrayente y tentadora se esfuma de su rostro.

Veo que detesta que le lleven la contraria, pero lamento que muy tarde se de cuenta que escogió una mujer que será un dolor de cabeza para él.

—No lo haré, por favor sal de la habitación, quiero terminar de cambiarme.

Bufa con fastidio y se aleja poco a poco de mí, tira su cabeza hacia atras más frustrado que nunca, su mandíbula se contrae casi a punto de romperse un diente.

—Joder Alice, ahora te haces la mustia, cuando solo gemías sobre mi escritorio ese día. Podría valerme un demonio lo que digas y te cogería justo sobre esta cama —Vociferando señala la cama en el centro de la habitación y un enorme temor invade mi cuerpo. No se atrevería a tocarme—. Anda... sólo quiero divertirme un poco.