55 | Un convenio por amor

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Namjoon
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—¡Kim Namjoon! ¡Bájame!

Esa noche la tengo muy presente en mis recuerdos, fue la noche en la que Alice acepto la propuesta de iniciar algo que hace poco creía absurdo, imposible, jamás me había visto casado, ni mucho menos amando a alguien nuevamente.

Las horas de la madrugada trascurrieron tan fácil, continuábamos abrazados sobre la cama, esperando que amanezca para que en cuanto viéramos a Casian salir de su habitación, para hacer el desayunado, le comentáramos que pronto tendríamos un nuevo integrante.

Esperaba que se sorprendiera fácilmente o que en un caso más divertido terminara sobre el suelo, sería algo muy placentero de ver.

—Luces hermosa —mis labios hacen un suave recorrido por su brazo, hombro, hasta llegar a su cuello para susurrar una vez más—. Muy hermosa...

Un delicado movimiento de su cuerpo y gira hacia mí.

—Me encantas —sus brazos rodean mi cuello y me sonríe sutilmente, pasa sus manos por mi cabello apartando unos mechones que le impedían besarme. El roce de su cuerpo desnudo con el mío me brindaba le calor que necesitaba—. Nunca creí que encontraría al hombre que amaría, siempre pensaba que me casaría con el hijo de algún colega de mi padre. Hasta que... mamá se fue. Entonces entendí que estaría sola con SoongJoo y papá.

—Nunca volverás a estar sola, lo prometo.

—Lo sé...

—Nunca estarás sola, Alice...

Alice... Alice... yo cuidaré de ti...

—¡ALICE!

No pude protegerla, no fui capaz de cuidar de ella como tanto se lo había prometido, fui un completo inútil, y el permitir que se la llevarán jamás me lo iba a perdonar.

Aún tengo tiempo, sé que aún tengo tiempo, de recorrer cada calle de Seúl, de buscarla hasta dejar sin vida a cada uno de los que ingresaron a mi casa.

Los músculos de mi cuerpo están destruidos en mil pedazos, intento apoyarme con las manos, pero terminan fallándome, apenas puedo sentir la cara y al tocarme el labio un coágulo de sangre se queda en mis dedos.

El solo gritar su nombre despertó hasta el más mínimo dolor, mi cabeza está a punto de estallar.

—Señor, señor tiene que calmarse, levántese despacio. Colóquese esto.

Casian aparece justo frente a mí, veo extendiendo su brazo ofreciéndome una bolsa de hielo. Está igual o incluso peor que yo, bebe media copa de wiski y vuelve a apoyar su espalda en el muro más cercano.

Ajusto mi visión y hago un esfuerzo para incorporarme, continuaba sobre el suelo, exactamente donde esos infelices me dieron el último golpe de gracia.

—T-Tengo que buscarla —no dejo de repetir lo mismo en voz alta pero no hago nada útil para lograrlo—. ¡TENGO QUE SALIR DE AQUÍ!

Sujeto un lado de mi tórax para que el dolor disminuyera y al levantarme vuelvo a caer, intento una vez más y no lo consigo. ¡JODER!

—No señor, no puede, no está en condiciones —apoyo mi espalda muy cerca de las escaleras y veo a Casian quejarse mucho al sujetar su cabeza—. Además, pueden haberla llevado a cualquier lugar, debe averiguar su ubicación e ir preparado.

—No puedo dejarla sola...

Las heridas físicas no se comparaban en lo absoluto con toda la frustración que siento.

PUNISHMENT › Knj ❛+18❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora