24 | Daddy Parte 1

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Me deja sobre la cama y cuando intenta salir de la habitación, lo detengo sujetando su mano.

—Lo lamento...

—Alice, deja de decir eso —sorpresivamente me quita los tenis dejándolos a un costado de la cama—. ¿Te encuentras bien?

El mareo cesó en cuanto toqué la cama, parece que la posición que use para alejarme de la realidad, esa misma posición con la que según yo no se escucharían mis sollozos trajo pequeñas consecuencias, siento el cuerpo entumecido. Y aún con ese fuerte dolor en el pecho, ahora lo que más se apodera de mi mente es esa extraña forma con la que me trata.

Que hombre tan agobiante, un momento intenta asfixiarme contra la pared de esta habitación por no seguir sus estúpidas reglas y en otro me trata como si fuera un objeto demasiado frágil.

—Sí... gracias —intento buscar algo que sirva para calmar su ira, probablemente esto sólo sea un estado pasajero y en cuanto menos lo espere nuevamente estaré llorando—. Fue mi culpa.

—¿A qué te refieres?

—Las discusiones, todo, siempre es mi culpa. Y quiero ser sincera... el motivo real por el que prefería ir a descansar es que... no quiero ser un juguete sexual que uses cuando lo desees, yo...

Como si no escuchara lo que hablo comienza a cambiarse frente a mí. Hasta ahora noto que parte de su ropa estaba mojada y su cabello igual. Se retira el saco, sacude su cabellera y un par de gotas de agua salpican. Afloja su corbata y se la quita lentamente, hace lo mismo con su camisa.

¡Demonios, esto es tan irritante! Ya se me está haciendo costumbre quedar con esta expresión de circunspecta en cuanto admiro esos musculosos y tan bien esculpidos brazos, su pecho, sus hombros.

—Entonces... ¿realmente no te duele la cabeza? —asiento. Mi juicio se nubla al... verlo sin camisa, es una locura, lo sé, pero... es que justo ahora luce tan sexy, dando un sorbo a su copa y estirando los músculos de su cuello, incluso puedo notar como una pequeña capa de sudor sobre esa piel acaramelada—. De acuerdo.

Realmente nunca me escucha ¿verdad?

Y apenas puedo notar el tenue ruido que generar gotas de agua golpeando la ventana. ¿Está lloviendo? Y con este clima decidió dar un... ¿paseo? Miro hacia la ventana y luego lo miro a él, lo hago una vez más e intento no mostrarme tan extrañada al verlo casi empapado.

—Oh... ¿te preguntas por la ropa mojada? Solo necesitaba tomar un poco de aire. Estaba por ingresar a la habitación para cambiarme, pero entonces Casian estaba llamando a tu puerta y no le respondías.

—Lo siento mucho —lo he dicho muchas veces, pero aún me resultan insuficientes.

—Alice... si no quieres ser uno de mis tantos juguetes sexuales, no lo seas. Solo... sé mi esposa, es normal que un matrimonio folle con frecuencia ¿verdad? —realmente tiene una habilidad única para persuadir—. Lo único que realmente te detiene es ese carácter tan encantador y el creer que puedes vencerme, cuando nunca será así.

Toma asiento al borde de la cama, demasiado cerca.

Tiene razón... se acabaron esas ganas de joderle la existencia negándome a algo que ya ocurrió, tal vez debería tomar de manera diferente esta situación, posiblemente gane más paz y tranquilidad de la que ya disfruto.

Veo a mis dedos jugar entre ellos, muy indecisa de lo que quiero intentar, pero...

Me incorporo rápidamente y mis manos sujetan su cuello para besarlo de la misma forma en la que lo hice hace unas horas. Misma respuesta, misma impresión, pero poco a poco lo acepta, y soy empujada entre las almohadas de la cama tan grande.

PUNISHMENT › Knj ❛+18❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora