La muerte del Primer cazador de demonios, desato toda una generación de nuevos cazadores que daban sus vidas para dar fin a los demonios, pero con la muerte y desaparición del aliento mas poderoso, nunca se cumplió.
Pero, después de 400 años de la e...
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Narra Sumire (Yoriichi)
Han pasado cuatro años desde que renací en la familia Kamado, cuando desperté el día siguiente de mi nacimiento me di cuenta de muchas cosas, como los nombres de mis padres, que eran Kie y Tanjuro Kamado.
En mi primer año de vida, solo podía ver que hacían mis padres, mi madre Kie cocinaba y mi padre conseguía carbón para venderlo, que al parecer Sumiyoshi les hizo una carrera que ah seguido aún después de tanto tiempo.
No hubo nada emocionante durante los primeros meses del año, pero cuando fue tiempo de año nuevo, mi padre se vistió con unas ropas antiguas, y comenzó a ¿bailar?
Ya que sus pasos eran de la Respiración del Sol, mis ojos brillaban por querer llorar, ya que aunque han pasado tantos años, la Danza que paso en la familia Kamado seguía intacto.
Mi madre me limpiaba mis lágrimas mientras me consolaba, no sabía cuando había empezado a llorar, pero estaba aliviada, así podría pedirle a mi padre que me ayudara un poco con la Respiración, así para no causar algo de extrañes cuando comenzara a entrenar por si sola.
Aunque claro, mi padre acepto con gusto, pero solo cuando cumpliera los cinco años, algo tarde según a mi vista, pero entrenaría a escondidas, no quería perder demasiado tiempo, un año de diferencia podría salvar a muchas personas.
Pero, que por el momento, mi padre junto con mi madre Kie, me enseñarían hablar y caminar, aunque claro con el debido tiempo después de haber cumplido los dos, y les sorprendí en que pude hacerlo a los pocos intentos de haber sido "enseñado", ya que yo ya sabía como caminar y hablar.
Pero el volver hacerlo con un cuerpo débil físicamente, me tomo un tiempo, que mis padres me veían como si fuese una prodiga, pero no lo era, no ante mis ojos, ya que soy un cazador de la era Sengoku que reencarno en su primera hija.
Sería raro si se los dijera, por lo que en mis pequeños momentos de vida, tendría que ser una niña normal, que tendría que comportarme como una.
Claro que no tenía conocimiento de como serlo, por lo que siempre me la pasaba al lado de mi madre o mi padre para saber que hacía, y saber mas sobre esta nueva era, la era Taisho.
400 años después de la era Sengoku, que cuando lo supe me quede en shock.
Tanto tiempo había pasado desde que fallecí, y los demonios seguían con vida, aunque claro no podría saberlo con claridad, ya que no había visto ningún demonio por el terreno en donde residíamos.
Aunque fue una vez en que vi a uno, pero no pude verlo con claridad, ya que estaba escondida.
La verdad me alegro un poco en que no haya demonios por los alrededores de la casa, y al no estar del todo segura, mi temor de que aún haya sigue latente. Pero al que encontré esa vez, fue de pura suerte o mala suerte, la buena fue porque estaba lejos de casa, y la mala, es que me pude enterar de que había demonios aún.
