Capitulo 21 - Eres tu...

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Narradores Omnisciente

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Narradores Omnisciente

Por el gran sendero hacia la casa Kamado, la hija mayor de está familia, iba caminando para ir de visita por una semana a su hogar.

Le faltaba poco para llegar, se preguntaba si sus hermanos habrán cambiado en apariencia, y esperaba que Tanjiro no ayudara a más extraños, de seguro sus padres le habrán dado clases respecto a eso.

Miro como el amanecer llegaba y sus pies tocaron la entrada del pueblo, sonrió de lado y siguió caminando, las pocas personas que estaban despiertas, se sorprendieron al verla.

-Oh pero si es la pequeña Sumire-chan.-Uno de los ancianos del pueblo la saludo.

-Buenas.-Siguió avanzando y los saludos de los más mayores del lugar le daban. Viendo el pie de la montaña donde residía su casa, ella comenzó a caminar directo arriba.

Paso al lado de la casa de los Saburo, pero no vio a los menores y a la señora quien siempre estaban afuera para darle la bienvenida a su esposo. Él cual sentía dentro de la casa, se sentía algo sombrío y triste la casa. Así que supuso que algo malo paso. 

Siguió su trayectoria hacia su hogar y pensando que habrá pasado.

Sonrió de lado al ver su casa, en donde pudo ver a su madre afuera recogiendo algo de ropa, ella paro cuando sus ojos rosas la vieron.

-¿Sumire?-La nombrada solo agrando un poco su sonrisa.-¡Sumire!-Su madre corrió hacia ella con felicidad.

La abrazo y ella correspondió con cuidado con su estomago.

-Madre no debes de correr, no estás en condición.-La mayor solo sonrió negando.

-Estoy embarazada no invalida.-Sumire asintió entendiendo.-Que bueno que llegaste, estábamos muy preocupados cuando nos dieron una carta de la sede donde estabas en estado criticó.-Su madre acarició su mejilla.-¿Qué paso?

-Les diré a ti, a padre y a mis hermanos cuando estén despiertos. Quiero que escuchen todos, pero, mírame madre. Estoy bien, no perdí ninguna articulación.-Su madre acarició sus manos, las cuales se sentían las cicatrices, rasposas y cariñosas de su hija por el esfuerzo que ella daba para dar un futuro sin demonios.

Ya no eran unas manos de su pequeña niña, que siempre iba con ella a todos lados.

-¿Pasa algo Kie?-La voz de su padre las hizo voltear hacia él. Sumire pudo notar la palidez, la falta de carne en las mejillas de su padre, con pequeñas ojeras debajo de sus ojos.

Eso le dolió más el corazón a Yoriichi, su padre de está vida estaba muriendo. No quería eso, el doctor que había contratado lo despidió, ya que su padre no mejoraba. Así que contrato otro, el cual tampoco sabía que pasaba, siguieron viniendo a la casa, pero no mejoraba su padre.

Ella estaba cansada de ver a doctores malos, así que solo dejo de contratar, y pensó que sería mejor encontrar uno por ella misma.

-Padre regresé. Me quedare una semana.-Su padre sonrió al verla entera y con sus típicas palabras. Pero claro, quizás las heridas estaban escondidas.

⁕ El Regreso del Sol ⁕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora