La muerte del Primer cazador de demonios, desato toda una generación de nuevos cazadores que daban sus vidas para dar fin a los demonios, pero con la muerte y desaparición del aliento mas poderoso, nunca se cumplió.
Pero, después de 400 años de la e...
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Narra Sumire (Yoriichi)
Por nuestro camino de regresó a la sede, me fije que Iguro se veía algo molesto, no se que estará pensando, pero no quiero que tenga esa casa.
-¿Iguro te sientes bien?-Él parpadeo y me miro sin ese enojo que tenía.
-Si, ¿porqué lo preguntas?-Lo mire por un rato mas.
-Es que te veías molesto, puedes decírmelo a mi. Soy buena escuchando y te puedo ayudar.-Él se miro indeciso y negó con la cabeza.
-No es nada grave, no te preocupes.-Asentí no muy convencida, pero si no puede contármelo, no puedo insistirle.
Seguimos nuestro camino en silenció, el cual era cómodo. Y dentro de algunas horas mas, llegamos a la sede, y por unos cuantos minutos mas, llegamos a mi Finca.
-Muichiro, Yuichiro llegamos.-Escuche unos pasos venir rápidamente hacia nosotros, y dos niños de pelo largo de puntas color menta, saltaron hacia mi.
Haciendo que caiga por el peso extra hacia atrás, me golpee la cabeza, pero viendo las sonrisas felices de ambos, se fue el dolor.
-Bienvenida Sumire-chan.-Dijeron al unísono. Sacudí sus cabezas, y me dejaron pararme, mire sus rostros, las cuales cambiaron a unas serias.
Me fije atrás mío y vi a Iguro quien les devolvía la mirada con Kaburamaru, si no tuviera mi vista excepcional no vería los rayos que se mandaban, ¿porqué se enviarían rayos?
-Bueno, Iguro, ellos Muichiro y Yuichiro Tokito, gemelos, él es Iguro Obanai. Serán compañeros cazadores, aunque falta que ustedes dos hagan la prueba.-Los gemelos miraron con ¿enojo? a Iguro, mientras que él se veía ¿orgulloso?-Espero que se lleven bien.
-Claro.-No me sonó tan felices, pero quizás se debe a que estaban cansados.
Iguro poco después de haber visto a los gemelos, se fue a su cuarto, quizás para dormir, bañarse o cambiarse.
Mientras que fui con los gemelos, los cuales me sostenían mis dos manos, hacia el dojo. Ahí mire un desastre, quizás por que entrenaron duro cuando Himejima-san los entrenó, y lo hizo aquí al parecer.
-Díganme, ¿aprendieron algo mas con Himejima-san?-Ambos se estremecieron, a lo que levante una ceja.
-S-Si, que sus entrenamientos son como estar en el infierno.-Yuichiro respondió y apretó mas mi mano derecha.
-Esta vez no solo nos hizo levantar troncos, también empujar una roca y estar meditando en una cascada. Casi nos ahogamos en el.-Muichiro restregó su cara en mi hombro.
-Ya veo, entonces les dio un entrenamiento básico.-Ambos me miraron con caras blancas.-Díganme, ¿vieron a dos niños más ahí?-Los gemelos se miraron y asintieron.-¿Cómo están?
-Creo que bien, cuando llegamos con Himejima-san, vimos como la que parecía el menor quejarse del entrenamiento y su hermano solo reía divertido y lo regañaba. Como Yuichiro y yo.-Muichiro me respondió.
