𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 9: ¿𝐄𝐧𝐚𝐦𝐨𝐫𝐚𝐝𝐨𝐬?

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La llegada del idiota de Mauricio Carter tomo por sorpresa a muchos y sobre todo a Bill, quien no esperaba encontrarse con la persona mientras buscaba flores para los jarrones que ocuparían en la boda.

Aquella tarde en donde el sol del verano besaba su nuca de forma alarmante y sofocante, Bill Weasley no esperaba encontrarse con Mauricio Carter, ni mucho menos que este le pidiera de forma grosera y poco amable que dejara a Fleur en paz, que cancelara el compromiso, cosa que no le agrado para nada.

Había hablado con Howard y para su sorpresa, su celoso y posesivo novio/prometido le había comentado que Carter ya estaba bajo amenaza y que de paso le había roto la nariz.

¿Le dio gusto? Sí.

¿Le regañó? También, pero después se comenzó a reír.

¿Fleur se enteró? ¡Claro que lo hizo! Incluso había festejado de forma cómica el hecho de que sus prometidos habían hecho de las suyas para protegerla a ella y su honor.

Ahora en aquellos instantes estaba sentado en la isla de la cocina, el azulejo frío le hacía temblar los muslos, parecía que el short de cuadros; parecían no cubrir sus muslos pálidos, pues estos estaban levemente temblando por el frío que sentía en aquellos instantes. Ambos varones estaban esperando a que la única mujer se despertara de una buena vez; pues parecía que se había desvelado ayudando en la editorial donde estaba trabajando.

- ¿Crees que Fleur se despierte en un rato? - interrogó el pelirrojo con clara curiosidad

- No creo, llego como a las cuatro de la mañana, parece que incluso les falto terminar de hacer su inventario - sonó preocupado Howard

- ¿Qué de verdad? - interrogó sorprendido Bill - ¿Cómo es posible? ¡Pensé que terminarían todo ayer!

- Casi, lo bueno es que el co-director Black le ha dado libre el día de hoy, mañana y pasado - expresó con seguridad, señalando el sobre abierto

Bill asintió. Regulus Black era el prospecto de tío sobre-protector que te protegía de todo y todos, le recordaba a sus tíos Fabián y Gideon; y no sabía porque. Ahora los dos estaban en la cocina, uno terminando de preparar la comida y él otro estaba disfrutando de la cuchara llena de nutella que el mayor le había dado.

Howard cuando alzó la vista, observó como un dulce Bill de 27 años (a nada de cumplir 28) terminaba de comer el chocolate derretido, para después observarle con esos hermosos ojos azules que tanto amaba.

- ¿Qué? ¿Por qué me vez así? - interrogó con clara curiosidad

Howard no respondió, simplemente se acercó a su pequeño pelirrojo, separando aun más sus piernas; se poso en medio de ellas. El pelirrojo estaba sonrojado, parecía incluso competir con su cabello, y eso le encantaba a Howard.

Pronto el mayor de los dos, asalto sus labios en un suave beso que terminaba sonrojando al menor, haciendo que sus ojos se pusieron llorosos por la emoción y lo que sentía en dichos instantes. Al separarse, los dos se miraron a los ojos, azul vs vino.

- ¡El postre es para después de comer! - exclamaron desde la entrada de la cocina

Ambos se miraron y después miraban a su pareja, quien llevaba una playera color amarillo que era posiblemente de Howard, no sabían si llevaba short's, pero apostaban que no, sus largas piernas estaban al desnudo mostrando lo trabajada que estaban y su cabello rubio platinado; estaba suelto, revuelto por haberse despertado apenas.

- Miren nada más - susurró con burla la rubia - ¡Te estas aprovechando, Howard!

El vampiro híbrido simplemente le sacó la lengua a la menor, quien como respuesta le regreso el gesto y se abrazo al pelirrojo con entusiasmo.

𝐔𝐧 𝐓𝐫𝐢𝐨 𝐏𝐞𝐜𝐮𝐥𝐢𝐚𝐫 (𝙱.𝚆-𝙵.𝙳-𝙷.𝙳) ᵈᵒˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora