𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 11: 𝐋𝐚 𝐦𝐚𝐧𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐖𝐞𝐚𝐬𝐥𝐞𝐲

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Bill observaba la arquitectura que años atrás fue el hogar de su padre.

La mansión Weasley era hermosa, sin lugar a duda mostraba la belleza que había tenido años atrás y que las mujeres mismas había tratado de mantener. La pintura blanca ahora mantenía un tono amarillento, talvez por el tiempo que había estuvo desocupada y el poco cuidado que se le había dado, la hierba mala estaba lo suficientemente crecida para que llegara a sus rodillas, los rosales que por lo que sabía los había plantado su abuela, estaban un poco maltratados, pero seguían luciendo preciosos.

Con pasos cautelosos y seguidos de su querida Fleur y las mujeres de la familia Black, se adentraron a la mansión, donde la humedad, el mal olor y las ruinas lo recibieron, causando exclamaciones de las mujeres y sorpresa en el pelirrojo.

- Por amor a Merlín, ¿Qué ha pasado por aquí? - cuestionó sorprendida Narcissa, observando las paredes húmedas

- Por lo que me ha dicho el administrador de las bóvedas Weasley, es que la mansión estuvo al cuidado de la familia Noroeste - expresó Bill, mirando la escalera que estaba rota y con una enorme rama que parecía haber roto la ventana estaba en medio de esta

- Pero cuidado, cuidado; no esta - señalo segura de sus palabras Bellatrix

- La familia Noroeste es conocida por dejar las mansiones que adquieren abandonas - expresó segura de sus palabras Andrómeda, quien estaba de visita

- Aunque no la ocupen, deberían de mantenerlas en mantenimiento - aseguró su prima Isabel, quien miraba todo a su alrededor

- No lo hacen con la suya, lo harán con otra - bufó Walburga

Bill permanecía en silencio, sentía la magia familiar bailando por el lugar, pero esta era débil, lo notaba fácilmente.

- Bill, querido - llamó Fleur, acercándose a él y tomandole de la mano - ¿Todo bien?

- No, la magia familiar es muy débil - expresó, sabiendo que las mujeres de su familia le observaban - Todo esta débil

Las mujeres presentes miraron al pelirrojo, si lo que decía era cierto, entonces la mansión necesitaría mucha magia para volverse estable y que nada malo le pasara a ninguno de los que la iban a vivir.

- Revisemos el lugar, nos daremos cuenta de que es lo que le viene faltando - expreso segura de sus palabras Narcissa

Comenzaron a ver la estructura de la mansión, había partes que se había conservado muy bien, posiblemente por la cantidad de magia que había alrededor, un ejemplo era la biblioteca familiar, donde misma que tenía varios libros rotos; que mandaban olas mágicas que provocaban escalofríos de manera sorprendente, el despacho de Lord Weasley estaba sellada, parecía que la magia de la mansión había tomado la decisión por si misma.

- Bill cariño - llamó Muriel, quien estaba con ellos, captando la atención del pelirrojo - Pon tu mano derecha donde esta tu anillo sobre la puerta

Bill extrañado hizo lo pedido. Hubo un ruido, como si se tratara de una cerradura, pronto, la puerta del despacho se abrió, curioso Bill entró, notando que era el único que lo hacía, curioso, observó el lugar, mismo que parecía no haber tenido algún defecto en ese tiempo, pues las paredes blancas estaban de un perfecto tono reluciente, el candelabro de oro iluminaba el lugar gracias al reflejo del sol, el escritorio de caoba lucía un hermoso color chocolate, los estantes de libros estaban repletos y bien ordenados, los sillones victorianos eran de un suave color durazno, pero lo que llamo la atención del pelirrojo, fue un libro grande de pasta dura color rojo sangre, con adornos de cobre, con una comadreja que parecía bailar en la portada.

𝐔𝐧 𝐓𝐫𝐢𝐨 𝐏𝐞𝐜𝐮𝐥𝐢𝐚𝐫 (𝙱.𝚆-𝙵.𝙳-𝙷.𝙳) ᵈᵒˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora