Howard estaba seguro de que podría tirarse de cabeza sin ningún problema, es más, probaría la teoría de la posibilidad de la inmortalidad en aquellos instantes, pero comenzaba a pensar en tal vez, lanzar de cabeza a Constantine Burgess y no porque acosara a Fleur, sino que estaba ocasión estaban acosando a su pequeño y dulce Bill.
Todo comenzó con un simple saludo muy...muy... sofocante por parte del chico de cabello rubio, pues cuando lo vio; lo cargó por los aires y había intentado besarle, cosa que lo enfureció y eso se lo hizo saber cuando lo arrinconó en el ministerio, cuando salía de una junta del Wizengamot.
Fue una vez, solo necesitaba observarlo, caminando con su tía abuela Muriel, su suave caminar, su cabello recogido en una cometa baja y sus ojos brillando de forma alegre. Fleur no estaba con ellos, ese era su mes de prueba ante el congreso mágico, por lo cual le había dejado la tarea de mantener a Bill a salvo y lejos de las garras de muchas zorras y eso iba hacer. Fueron los instantes en que Lady Muriel se distrajo, que él con su velocidad rápido, lo arrinconó en un armario de limpieza, uno que era lo suficientemente pequeño para que estuvieran pegados y sus respiraciones se mezclaran de forma provocativa.
- ¿Howard? ¿Qué ocurre? - interrogo preocupado Bill, estaba claro que su expresión debía de ser peor que la de Maggie cuando se metían con Percy
- Cállate, que estoy a nada de perder los estribos - aseguró mientras sus labios rozaban su cuello - Y tu aroma no me ayuda
Bill se sintió nervioso, ¿Cómo era que el sereno Howard estaba volviéndose literalmente un depredador? Se quedó quieto, tratando de mantener su respiración de forma pausada, evitando que su pulso se acelerara, pero no evitaba de observar a su pareja con sus ojos azules que brillaban de forma provocativa.
- Howard - susurró de forma errática - ¿Qué...?
Pero la pregunta queso en el aire, los colmillos de Howard penetraron la suave piel de su cuello, sacando un gemido de él, mismo que sonó tan tentador para el mayor. Cuando se separo, Bill observó con sorpresa como los ojos rojos de Howard le miraban con hambre, como si fuera un bocadillo, cosa que asustó y éxito a Bill.
- Howard - susurró en voz baja, sus ojos estaban llorosos - ¿Qué está pasando?
Howard no le dijo nada, solo gruñó, sosteniendo con más fuerza la cintura de Bill, causando un escalofrío en el menor, quien exigía una explicación.
- Perdón - susurró sobre su cuello, causando una corriente eléctrica en el menor - Estoy celoso
- ¿Celoso? ¿De qué? - cuestiono el menor, poniéndose cara a cara con el mayor, pegando más su cuerpo a la pared, y jalando a Howard a él - Howard, ¿Qué ha ocurrido?
- Constantine Burgess - respondió de manera rápido, su voz sonaba llena de odio, como si el mencionado tuviera algo que ver
- ¿Constantine? - cuestiono curioso - ¿Qué tiene que ver?
- Oh amor, tu inocencia a veces me provoca azúcar- expresó Howard, sus orbes vino le miraban con cariño - Pero, Burgess está interesado en ti, y tiene intensiones no tan puras
Aquella información sorprendió a Bill, si bien aquello ya lo sospechaba, nunca le había dado vía libre a Constantine, ni tampoco le había dicho que podía tener una oportunidad, por lo cual, observó a su prometido y tocó levemente la mordida que acababa de proporcionarle el mayor.
- Eres celoso y posesivo - susurró, seguro de sus palabras, pero aún así, sonrió encantado.
***
El tema del divorcio por fin fue tocado después de varios meses, y la decisión de Arthur estaba más que definida, pero ahora la presentación oficial de Lord Weasley provoco mucho de que hablar por días, no solo porque era William (Bill) Weasley quien tomaba el mando, sino que se corría el rumor de un fuerte divorcio entre los patriarcas de la casa, y aunque se viera difícil de creer, muchos ya comenzaban hacer sus suposiciones, desde las más absurdas hasta las que se podrían acercar a la realidad del asunto, y eso comenzaba a irritar a Arthur, no por él, sino por sus hijos.
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𝐔𝐧 𝐓𝐫𝐢𝐨 𝐏𝐞𝐜𝐮𝐥𝐢𝐚𝐫 (𝙱.𝚆-𝙵.𝙳-𝙷.𝙳) ᵈᵒˢ
FanfictionBill Weasley esperaba cualquier cosa aquel verano del 94, menos que conociera a un vampiro, hermano de la chica que le gustaba a su hermano, oh sí, Percy estaba enamorado de una niña de trece, pero no era nadie para juzgar, lo que si no se esperaba...